Los señores del narco

– ¿Por qué escribió Los señores del narco?
– Felipe Calderón sabe que no está haciendo ninguna guerra al narco. Ya lo comentó a sus asesores, sus amigos y algunos empresarios. Lo que le conviene es que El Chapo tome el control del narcotráfico. Según él, sólo así puede haber paz en el país. Lo ha dicho y, si lo niega, pues que lo sometan al detector de mentiras para ver si miente. Y aún así sabe que es mentira, inclusive su hipótesis, porque el grado de violencia que se desató a partir de diciembre de 2006 se debe en gran medida a que Calderón se quedó con la misma gente corrupta y contaminada del gobierno de Fox: Genaro García Luna (secretario de la SSP), Facundo Rosas Rosas (comisionado de la Policía Federal) y Luis Cárdenas Palomino (actual titular de la División de Seguridad Regional de la SSP). No sólo los dejó en el poder, sino que los elevó de nivel. En particular, Calderón asignó a Genaro García Luna el diseño de esta mal llamada “guerra al narcotráfico”. De la fichas de objetivos que la oficina de García Luna preparó se desprende muy claramente que la prioridad número uno de esta operación fue precisamente eliminar a todos los cárteles adversarios del Chapo. Por eso se desata la violencia, porque el estado toma un papel muy claro atacando a todos los enemigos de El Chapo. Me parece que desde el gobierno de Fox ha habido una ignorancia que raya en la demencia, y ésta es (el) haber creído que, porque durante décadas el narcotráfico en México no fue violento y no mostró su capacidad de fuego, no la tenía.
– Eso lo tengo muy corroborado, tanto por gente cercana a la familia del ex Secretario como por testimonios de gente cercana a El Mayo Zambada. Calderón lo sabe muy bien. El rostro del Presidente cuando comunicó esa noche (el 4 de noviembre de 2008) la muerte de su amigo y Secretario, y el mismo rostro durante los homenajes oficiales a Mouriño, lo dice todo. Cuando menos
ésta es la interpretación de los familiares de Mouriño.
– Calderón habría dicho a sus amigos que ya quiere irse. No está ya entendiendo cuál es su papel como Presidente. Si Calderón -como todo parece indicar- está siendo chantajeado, pues que renuncie, porque no por ser víctima de chantaje va a poner en peligro a todo el país. Mis fuentes, inclusive algunas cercanas a los líderes del Cártel de Sinaloa, me comentaban que este año (2011) iba a ser sangriento desde el principio. Inclusive los capos, me dijeron, estarían comenzando a preocuparse por el descontrol que está habiendo en las células de los cárteles. Los nuevos integrantes de los cárteles, comenzando por los llamados ‘narcomenudistas’ (los vendedores de droga al menudeo), ya están comenzando a pensar solos. Ni conocen a El Chapo ni lo respetan. Tienen control territorial y se están enriqueciendo muy rápidamente. En consecuencia se están armando mucho. Un ejemplo fue el cerco que realizaron en Guadalajara (segunda ciudad más grande mexicana) hace un mes (el primero de febrero de 2011). No eran grandes cárteles, fueron unos veinte muchachos, casi todos menores; fue un grupo menor, desconocido. Lo mismo pasa en la periferia de la Ciudad de México. Esta llamada guerra se está convirtiendo en una guerra territorial, casi cuadra por cuadra, por el control del mercado. Y el gobierno federal no hace nada. Si es así, la ingobernabilidad podría aumentar, pues ni los cárteles ya tienen control sobre su gente: muchos Maras ya se independizaron, así como existen ya muchos desprendimientos en las filas de los Zetas. La violencia está escalando y nos acercamos a un punto en que nadie la va a poder controlar.
– De acuerdo a mi investigación, el actual Secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván, es una persona muy débil; no es apto para el rol que es llamado a cubrir. Lo que encontré fueron casos aislados de corrupción, casos de infiltración, pero -a diferencia de la SSP- no encontré una infiltración institucional. En la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) hay partes contaminadas por la corrupción, pero no toda la estructura. Lo que sucede es que Genaro García Luna es el estratega de toda la llamada “guerra”; la Sedena no tiene influencia en esa estrategia. Aún así, García Luna los pone en la primera línea de fuego. Esta situación está incomodando mucho a los militares, pues se sienten como “carne de cañón”. En las reuniones del Consejo de Seguridad Pública, Galván Galván es callado por el mismo Presidente cuando intenta discrepar con algo. Esta situación le está quitando mucha legitimidad al titular de la Sedena entre las filas de sus subordinados. A pesar de eso, el ejército es muy estructurado y tiene una mentalidad muy institucional, por eso será difícil una crisis interna de gran tamaño. Lo que sí está sucediendo es que muchos jefes militares de zona están comenzando a preguntar “¿y a nosotros qué?”. Lo que sucede entonces es que los militares están comenzando a cobrar “botines de guerra”: en muchos operativos realizados por la Sedena se dan excesos como abusos sexuales, robos, asaltos.
– Los Estados Unidos saben muy bien que hay mucha discrepancia entre SSP y Sedena. Saben, por ejemplo, que el Ejército no quería que García Luna fuera nombrado Secretario de Seguridad Pública, pues conocía de su corrupción. Mis fuentes confirman claramente que EU no confía en el Secretario de Seguridad Pública. EU se lo dijo en más de una ocasión a Calderón, pero éste siempre se negó a removerlo. Me queda claro que EU tiene confianza en las Fuerzas Armadas, pero no en García Luna. Las declaraciones de Hillary Clinton en su reciente gira en México (a finales del mes de enero) son de fachada, es su rol. Mi impresión es que EU da la palmadita a Calderón pero prepara el garrote. Supe de mis fuentes que EU le dijo a México que la situación, especialmente en la frontera, ya es insostenible y, al parecer, propusieron que o México le pone un remedio radical o se tendría que aplicar las medidas adoptadas en Guatemala por el presidente Álvaro Colom: sellar la frontera y crear un estado de sitio en la zona. Como siempre el gobierno de EU no calcula las consecuencias de sus políticas, porque -en efecto- ahora el narcotráfico en México, para Barack Obama, ya no es sólo un problema de seguridad nacional, sino un problema político. En EU, sobre todo los Republicanos están haciendo una fuerte campaña en contra del Presidente por el problema del narco en México. Y, en efecto, es cierto: ya está habiendo incursiones violentas de los cárteles mexicanos en territorio estadounidense. La verdadera postura del gobierno de EU hacia México se refleja más en las declaraciones de los funcionarios del Pentágono que en las declaraciones de Hillary Clinton. El asesinato del agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de EU, Jaime Zapata, los debe tener muy molestos. ¿Quién sabía a dónde iban esos dos funcionarios estadounidenses? Si fue un atentado, como parece ser, el atentado es el resultado o de una filtración directa del embajada (de EU) o de algún funcionario del gobierno federal mexicano. Alguien tuvo que decirlo.
– No sé en qué proporción, pero creo que el narcotráfico contamina y sostiene muchas de las súbitas fortunas de los llamados “nuevos” empresarios mexicanos. Existe una economía sólida que no depende de ese dinero (del narcotráfico), pero muchas empresas sí dependen del dinero del tráfico de drogas. Los bancos, por ejemplo, dependen muchísimo de esa riqueza. Hay tres ejemplos claros de cómo la economía puede depender de ese dinero: Ciudad Juárez, Monterrey y Guadalajara. Esa violencia interna que de pronto brota en esas ciudades no creció ayer ni anteayer; esa violencia siempre estuvo allí. Hoy estalla y se manifiesta porque se quebró algún equilibrio interno, no porque no hayan existido antes. Sin duda hay una parte de la economía mexicana que depende del narcotráfico, y es allí justamente en donde la sociedad mexicana tiene una función que cumplir: resistir a ese dinero.
La Supervía: rompe y corrompe la vida en la Ciudad de México
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Foto MD |
Desde hace poco más de seis meses, en el poniente de la Ciudad de México se pelea la batalla contra la llamada Supervía Poniente, un proyecto promovido por el actual gobierno de “izquierda” de la megalópolis mexicana y que sería realizado – de llevarse acabo – por empresas privadas transnacionales, mismas que desde hace ya varios años han metido las manos en prácticamente todos los grandes proyectos encasillados en el rubro de “obra pública”.
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Fuente: http://prociudad-procontreras.blogspot.com/ |
Con al menos 20 millones de habitantes, de los cuales ocho viven en la llamada Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), que comprende la capital mexicana y otros 60 municipios aledaños, la Ciudad de México es una de las regiones más densamente pobladas del planeta. Los reflejos de esta densidad de población son múltiples y no todos gratos: escasez de recursos naturales (sobre todo agua), contaminación en niveles excesivos, difícil acceso a los servicios (habitacionales, escolares, de salud, etcétera) y graves problemas de movilidad.
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Fuente OHL |
Uno de los argumentos utilizados por parte del gobierno de la ciudad para debilitar la resistencia en contra del proyecto de la Supervía, fue señalar que la mayoría de los que protestan no han sido siquiera expropiados, lo que permite no incluirlos entre los afectados. Un argumento débil, dice Cristina Barros, que contradice además toda cultura de la izquierda política, no sólo en México.
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Foto MD |
El deterioro social se puede medir. Según los activistas que pasan día y noche a la espera de que el proyecto no avance “y el gobierno dé un paso atrás”, los daños sociales son representados por las “dolorosas historias de los expropiados, por el miedo que los aleja de la lucha”. Se puede también ver con los ojos del visitante al plantón: las calles son abandonas, pues ya no hay actividades significativas. Las casas aún habitadas se alternan a los dos lados de la vía adoquinada con las casas ya expropiadas y llenas de boquetes “causados para hacerlas inservibles y para dar el golpe sicológico: aquí ya no se puede hacer nada”.
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Foto MD |
“Llegaron el primero de enero de este año, a las seis de la mañana”, cuenta Socorro Méndez quien no deja de indignarse por el abuso cometido en contra de los vecinos de La Malinche. Mientras la resistencia obligaba a Marcelo Ebrad a prometer públicamente el diálogo con el FACSP, sus policías invadían las calles de la colonia e instalaban un muro divisorio entre los vecinos afectados y los trabajadores. Días más tarde, el 5 de enero, cuando el Frente protestaba en las calles del centro de la Ciudad de México, trabajadores enviados por el gobierno derribaron techo y muros de algunas casas aún en poseso del plantón. La reacción fue inmediata, tuvieron que abandonar la marcha muchos vecinos y defender “su patrimonio”.
:: Ciudadanos por Contreras
:: ProCiudad-Procontreras
:: Concesiones de OHL en el mundo
:: Recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF)
Los gobiernos progresistas de América Latina, en disputa con los pueblos indígenas
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Hugo Blanco, exguerrillero peruano, sindicalista campesino y actual director de la revista Lucha indígena, presenta la renovada edición de su libro Nosotros los indios (Edición Herramienta-La Minga, 2010, 239 páginas). Editado en Buenos Aires por Ediciones Herramienta, Nosotros los indioscuenta con un prólogo de Raúl Zibechi y Norma Giarracca, y los comentarios del escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien afirma que “estas páginas, escritas a borbotones, desordenadas, jubilosas y desesperadas, cuentan las aventuras y desventuras del hombre que encabezó la lucha campesina en el Perú, el organizador de los sindicatos rurales, el que impulsó una reforma agraria nacida desde abajo y desde abajo peleada”.
Galeano lo define también como “aquel loco lindo que decidió ser indio, aunque no era, y resultó ser el más indio de todos”, a lo que Blanco responde: “Me considero un indio como todos”. Y precisamente sobre la importancia del ser indígena inicia esta conversación telefónica concedida a Desinformémonos durante su paso por Buenos Aires: “El capitalismo que arremete contra la naturaleza en su búsqueda de materia prima, el calentamiento global que provoca, el asunto de las minas, la destrucción de los bosques, la construcción de las (plantas) hidroeléctricas, la agroindustria, el petróleo, todo eso afecta a quienes están más ligados a la tierra, es decir los indígenas, no sólo de América Latina sino del mundo. Los indígenas son los más atacados y son los que gozan menos de los beneficios del mundo desarrollado. Matar a la naturaleza es matar a los indígenas y por eso son los que más luchan en defensa de la naturaleza misma”.
– En su discurso, usted hace especial énfasis en los indígenas no sólo como víctimas del capitalismo salvaje…
– Efectivamente, porque hay otro asunto que pocos ven. Los indígenas no sólo luchan en defensa de la naturaleza, sino también por la construcción de la nueva sociedad. Donde hay indígenas hay la comunidad indígena, que es una nueva forma de gobierno que por muy debilitado que esté, por la hegemonía del gobierno central, en convivencia y en disputa con el poder central, es un poder político, que subsiste desde hace más de 500 años. En algunas partes inclusive existen ya organismos de gobiernos supracomunales, es decir, por encima de la comunidad, como por ejemplos en la selva peruana, en Colombia o en Panamá. Por supuesto, el mejor ejemplo de ello es la organización zapatista en Chiapas. Son organizaciones democráticas, donde la comunidad es la que manda, y no el individuo. Esa es la construcción de lo que quisiéramos en todo el mundo. Si fuera así, no habría calentamiento global, pues sería la gente, la colectividad, quien decidiría si una mina debe abrirse o una hidroeléctrica debe hacerse. Sería la humanidad en defensa propia a decidir el rumbo del mundo.
Esta postura pone a los pueblos indígenas en la vanguardia, al menos en América Latina, tanto en la defensa de la naturaleza como en la construcción de una sociedad nueva. Es decir, en los dos rubros fundamentale para salvar a la humanidad.
No le llaman socialismo, está claro. ¿Cómo va un mapuche a llamar socialismo a su práctica cuando estuvo luchando en contra del gobierno socialista de Michelle Bachelet (en Chile) que usaba las leyes de Pinochet para aplastarlos? O ¿cómo va a llamarse socialista un indígena ecuatoriano que está confrontando al Socialismo del siglo XXI de Rafael Correa (en Ecuador)? El nombre no importa, es lo de menos, lo que interesa es que (los indígenas) están forjando el nuevo tipo de sociedad que quisiéramos.
– ¿Cuáles son las características de esa nueva sociedad?
– Los indígenas de todo el mundo compartimos los mismos principios éticos, ya estemos en Canadá, en la India o en África tenemos unos denominadores comunes. El primero es el gran amor a la naturaleza, sentirnos hijos de ella y convivir con los otros hijos de la naturaleza. Luego pensamos que los asuntos que atañen a la colectividad son resueltos por la misma y no por el individuo. Otro aspecto fundamental es el llamado ‘buen vivir’, o sea que la felicidad no consiste en tener cada vez más dinero o comprar las cosas que están a la moda, sino poder vivir satisfactoriamente. Finalmente, hay que señalar el amor a los ascendientes y a los descendientes característico de la ética indígena.
– La cosmovisión indígena nos coloca en un ciclo mucho más amplio que la vida de un individuo…
– Sí, ese es un pensamiento común en los pueblos indígenas. Por eso, la agricultura que realizan los indígenas está pensada en no dañar la tierra. al contrario de la agricultura industrial que asesina la tierra con el monocultivo y el uso de fertilizantes. Este pensamiento es completamente contrario al gran mandamiento neoliberal que se centra en cómo ganar dinero en el menor tiempo posible. Si para ello tienen que destrozar a la humanidad, no les importa.
– Muchos confunden la atención y el interés por el mundo indígena y sus principios con una tendencia nostálgica, un anhelo de una sociedad rural que se contrapone a los excesos de nuestras sociedades negando las “conquistas” del llamado “progreso”.
– En efecto. No es casual que los pueblos considerados más ‘salvajes’ sean los más avanzados en la lucha de resistencia. En Perú, por ejemplo, no son los quechuas los más avanzados, sino los que viven más alejados de la llamada civilización, los más primitivos. Yo creo que tenemos que volver a esa ética que señalé, que no quiere decir regresar a la vida primitiva, sino a esos principios éticos. Y con ellos, mantener la subsistencia de la humanidad.
– ¿Y la sociedad actual?
– De todas las ventajas del llamado ‘progreso’ hay que ver cuáles podemos seguir disfrutando sin poner en peligro a la humanidad y su subsistencia y de cuáles tenemos que prescindir. Esa ética indígena es la que la humanidad tiene que respetar.
– Actualmente existen experiencias indígenas que rechazan el poder del Estado y otras que lo mantienen. ¿Es una contradicción?
– Cuando yo era joven luchábamos por una sociedad más justa. Hoy también luchamos por la supervivencia de la humanidad misma. Por eso, nosotros apoyamos de todo corazón a Evo Morales (en Bolivia), a Hugo Chávez (en Venezuela), a Rafael Correa (en Ecuador) en su confrontación con le imperio y en su lucha en contra la reacción interna. Pero no los apoyamos en su confrontación con los pueblos indígenas, por supuesto que estamos del lado de los indígenas. Por ejemplo, en Bolivia apoyamos a los indígenas que le exigen a Evo Morales que sea consecuente con el derecho a la consulta reconocido en el Convenio 169 de la OIT – que es ley en Bolivia – y también con la Declaración de los Derechos Indígenas de la ONU. A los gobiernos progresistas no los llamo así metiendo el adjetivo entre comillas. Son progresistas realmente frente al imperio y a la derecha reaccionaria, pero claro estamos en contra de ellos cuando la disputa es con los pueblos indígenas.
-Háblenos del libro Nosotros lo indios.
– La edición no tiene un orden específico. Es una recopilación de cosas escritas en estos años de lucha. Son escritos en diversas épocas, hay la correspondencia con José María Arguedas (escritor peruano), están las cartas que escribí desde la prisión cuando pedían la pena de muerte para mi, y hay últimas cosas que escribí en estos años-
El título de “indios” es para recuperar el nombre histórico con el que nos señalaron los conquistadores. Tomo el látigo con el que nos azotaron por mucho tiempo y contesto con ese mismo látigo, en lugar de usar un nombre que suavice o disimule la opresión como es ‘indígena’ o ‘pueblos originarios’.
– ¿Cuándo vendrá a México a presentar Nosotros los indios?
– Voy a presentar el libro a México cuando Usted me pague el pasaje por allá…
Septiembre de 2010
Migración hondureña: el sabor del reencuentro y el adiós
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Del 8 al 9 de noviembre del presente año, se realizó el IV Foro Mundial de Migración y Desarrollo (FMMD), Jornadas de la Sociedad Civil, en Puerto Vallarta, Jalisco, México. El encuentro, al que acudieron más de 400 delegados de al menos 62 países, es un espacio creado junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que llegó este año a su cuarta edición, tras las reuniones de Bruselas en Bélgica (2007), Manila, Filipinas (2008) y Atenas, Grecia (2009). En la edición mexicana del Foro se abrió por primera vez un espacio llamado “espacio común”, en el que los delegados gubernamentales tuvieron la oportunidad de confrontarse con la sociedad civil mexicana e internacional.
No obstante, dicho espacio común ha sido juzgado insuficientemente desde su creación. Por lo anterior, la sociedad civil organizada alrededor del tema migratorio, organizó una amplia serie de eventos “alternativos” a la reunión oficial, mismos que se concretaron en la semana previa al encuentro de Puerto Vallarta. En particular, resultó muy provechoso el llamado “Foro mundial alternativo de los pueblos” quien no sólo hospedó al Tribunal Internacional de Conciencia de los Pueblos en Movimiento, sino que fue el espacio en el que fue recibida la Sexta Caravana de Madres Centroamericanas (CMC), organizada por la Red de Comités de Migrantes y Familiares de Honduras (Red COMIFA) y que viajó a México en búsqueda de sus migrantes “desaparecidos”: hijos, padres, hermanos y hermanas que dejaron de comunicarse una vez entrados a territorio mexicanos en su largo viaje a Estados Unidos.
La Caravana de Madres
La iniciativa de organizar una caravana de madres de Centroamérica que viajen rumbo a la frontera con Estados Unidos buscando a sus familiares migrantes “desaparecidos” no es nueva. A lo largo de los últimos años han sido organizadas más de diez iniciativas como ésta. Sin embargo, la caravana de este año tiene particular importancia y tuvo cierta visibilidad no sólo por el contexto del IV FMMD, sino, sobre todo, por las cada vez más insistentes noticias relativas al secuestro de ciudadanos migrantes existentes en México. En este aspecto, hay que recordarlo, el pasado 27 de agosto fueron hallados 72 migrantes asesinados supuestamente por el grupo delictivo Los Zetas en el estado de Tamaulipas, en el norte de México, tras ser secuestrados e “invitados” a trabajar para la organización.
“Es difícil convivir con la idea que quizás tu hijo, tu hermano o un familiar pueda correr la misma suerte”, confiesan las madres hondureñas de la CMC. Y sin embargo, insisten, es necesario averiguar dónde están “nuestros familiares”. Fueron 11 madres y dos padres los que viajaron en esta caravana. Fueron recibidos en la frontera de Chiapas con Guatemala a principios de noviembre por parte de la sociedad civil mexicana. En particular fue Elvira Arellano, la activista migrante de la organización estadounidense Somos Un Pueblo Sin Fronteras, de Chicago, Illinois, quien se encargó de ir por ellas hasta la ciudad fronteriza de Tapachula y acompañarlas en su recorrido hasta la Ciudad de México.
En su larga trayectoria pudieron visitar Casas del Migrante en los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz. Su viaje consistió también en entrevistas con funcionarios de gobierno y del Instituto Nacional de Migración (INAMI) del gobierno mexicano. Pero fue sobre todo concentrado en la búsqueda de sus familiares y de los presentes en la larga lista de migrantes que llevaron consigo: más de 650 personas. Esta búsqueda se concretó en mítines en las plazas públicas, difusión de su presencia, entrevistas y averiguación de “pistas” que ya se tenían o que fueron encontrando en el camino. Un intenso trabajo, cansado, explican las madres, y frustrante en muchas ocasiones. Pero también con ciertas satisfacciones ya que, dicen, “si una de nosotras encuentra a su familiar, es la felicidad de todas”.
Rosa Nelly Santos, de Progreso, Honduras, es integrante de la CMC y mujer experta ya en el tema tanto migratorio como en la dinámicas de las caravanas de este tipo. Ella es una de las que comenzaron todo el proceso que hoy culminó en esta Sexta CMC. Entrevistada por Desinformémonos, recuerda que “el Comité de Familiares Migrantes de Progreso (Cofamipro), el primero, nace en 1998, después de lo que sucedió con el huracán Mitch. Todo comenzó por un programa de radio que tenemos en Radio Progreso, La Colondrina”. De esa experiencia nació un programa de radio que se llamaba Sin Fronteras, continúa, que se situó como enlace entre los migrantes en Estados Unidos y los familiares en Honduras que se había quedado incomunicados.
“Luego comenzaron a llegar muchas madres para pedirnos informaciones de sus hijos que habían viajado al norte, en Estados Unidos, pero también en México”. Estas madres se convirtieron pronto en las protagonistas de ese programa radiofónico. Hoy el programa se llama “Abriendo fronteras”. “Nos reuníamos en la calle, en las iglesias, en los espacios que encontrábamos. Hoy, por suerte, ya tenemos varias oficinas y la organización se extiende a nivel nacional en todo Honduras”.
Nelly Santos cuenta: “Entré al Comité en 2003 pues perdí comunicación con mi sobrino. Tenía miedo que le fuera a pasar lo que a muchos les tocó. Mi hijo, quien migró y logró quedarse en Miami trabajando, aunque sin papales, es quien me manda dinero y me apoya en este trabajo. En 2004, nos enteramos que había muchas organizaciones como la nuestra en todo el país, de tal manera que nos reunimos todas y creamos la Red COMIFA que reúne a todos los comités de migrantes y familiares del país”. Antes del año 2004, Cofamipro, organizó tres viajes: uno a Guatemala y dos a Tecún Umán (frontera con Tapachula). En el segundo viaje a la ciudad fronteriza de Guatemala, aprovechando una procesión religiosa, la caravana pudo pasar la frontera y entrara a Ciudad Hidalgo y “ahí encontramos a cuatro personas”.
La búsqueda
“Busco a mi hijo, se llama Lenin Mejía Navarro”, dice Olga Lidia Navarro, de Honduras, en entrevista con Desinformémonos. La mujer no parece desesperada, sino más bien confiada en que, “algún día lo encontraré”. Dice: “La pista que traigo es ésta” y enseña una dirección y un teléfono de Tijuana, en la frontera norte. Me habló una vez y luego me comunicó a una mujer quien fue la única con la que hablé en ocasiones posteriores. Mi hijo se vino hace 14 años y la comunicación que tuve fue cuando llegó a Tijuana. Él salió en 1996 cuando tenía 18 años, se fue con un amigo. Su amigo regresó y contó que lo había dejado antes de llegar a la ciudad de la frontera. Tras esas llamadas ya no ha vuelto a comunicarse”. La madre hondureña habla de la recepción que las autoridades mexicana les otorgaron y reconoce que fueron “todos muy amables” pero que aún falta mucho ya que “el gobierno (mexicano) tiene que entender que al salvar un migrante le está dando alegría a toda una familia en su país de origen, esto no se puede despreciar”.
Nelly Santos dice que “en nuestra experiencia pudimos ver de todo. Hay por ejemplo muchos mutilados (por los trenes) que regresan a nuestro país; sabemos que muchas mujeres de Honduras fueron secuestradas y vendidas en Guatemala, tenemos muchos muertos que regresaron enfermos a su país y ahí murieron (de VIH u otras infecciones mortales)”. Recuerda la primera caravana realizada entre 2005 y 2006 cuando, con la solidaridad de muchas organizaciones cercanas a las parroquias de Honduras, pudieron llegar hasta Veracruz (en la costa atlántica de México) aunque sin visitar a las Casas del Migrante. “En 2008 se organizó la quinta caravana, con el apoyo del Padre mexicano Luís Ángel Nieto de la organización Lazos de Sangre, quien fue a Honduras y llevó a las madres a México”.
Sin embargo, afirma, “nunca antes pudimos visitar las estaciones migratorias”. Este año, 2010, al contrario, el INAMI abrió las puertas de los centros de detención para migrantes de México: en Tapachula y en la Ciudad de México. “No sabemos por qué este año se nos abrieron las puertas, probablemente porque ahora sí contamos con una red muy vasta de organizaciones y personas que nos apoyan y esto nos permite ejercer mayor presión sobre las autoridades”. Tanto es así que este año, la CMC fue recibida en todos los espacios institucionales más importantes: Congreso de la Unión, INAMI, Centro Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
A pesar de lo anterior, Nelly Santos no se deja engañar: “Hubo mucha abertura por parte de las autoridades, pero sabemos muy bien que lo hicieron ‘bien’ porque todo está ‘mal’. Nos enseñaron lo bonito, pero nosotros sabemos que no es así. Nuestros migrantes nos cuentan otras cosas, nos describen una realidad mucho peor de la que nos dejaron ver: ¡no nos vamos a chupar atole con el dedo!”. Y de los centro de detención afirma: “Nos trataron muy bien, se vio todo muy bonito, pero la verdad es que aunque las jaulas sean de oro, no dejan de ser jaulas”.
Lo anterior se confirma en el testimonio que dejó a Desinformémonos Marta Sánchez quien es miembro del Movimiento Migrante Mesoamericano y organizó, junto a Padre Nieto, Elvira Arellano y otros, el recorrido de la Sexta CMC en México: “Después del recorrido por el centro de detención de la Ciudad de México, nos sentamos en una mesa de trabajo con el nuevo Comisionado del INAM (Salvador Beltrán del Río)”. Continúa la activista: “Nos relató reiteradamente lo que con el recorrido nos había demostrado: instalaciones perfectas, servicio medico inmediato y completo, comida de lujo, actividades manuales para las detenidas, jardín infantil con cantos y juegos para menores. Todo perfecto”.
Sin embargo, denuncia Marta Sánchez, “no vimos migrantes”. Vieron sólo a dos mujeres y no les permitieron ver a los hombres “porque tenían problemas”. Sin embargo, algunos hombres detenidos encontraron la manera de “colarse a través de un recodo en las rejas para llamarnos, entregarnos papelitos con sus nombres y dejarnos saber que las cosas no eran como nos las estaban pintando”. Según Sánchez, los migrantes denunciaron maltratos, amenazas, y que no les permiten comunicarse con el exterior.
Uno dijo que los guardias lo habían amenazado y que le habían dicho que “no saldría de allí nunca”. Por otro lado, cuando las mujeres de la CMC denunciaron que los migrantes que regresan a Honduras reportan malos tratos de las autoridades mexicanas, Beltrán del Río les habría contestado: “No les crean nada”. Al contrario, Nelly Santos prefiere creer a los migrantes que regresan. Éstos denuncian todo tipo de abuso, comenta la madre hondureña. “Es difícil distinguir a delincuentes y policías, pues a veces son lo mismo”, dice.
De la visita a la estación migratoria Siglo XXI de Tapachula, el más grande centro de detención para migrantes de América Latina, Elvira Arellano reportó: “Fue algo grande porque históricamente es muy difícil que te dejen entrar a esos lugares, las madres estaban muy emocionadas, fue toda una sorpresa para los migrantes detenidos saber que madres están buscando a sus familiares, empezaron a hablar los migrantes con tanta confianza […] (los migrantes) se quejan de la falta de sensibilidad por parte de sus consulados los tienten completamente abandonados”.
La CMC visitó plazas públicas en donde se instaló con todo y sus decenas de fotografías. Intercambiaron pláticas con la gente de los distintos pueblos visitados, recaudaron información y “pistas”. Visitaron panteones y las muchas fosas comunes que hospedan los cuerpos de cientos de migrantes muertos y sin nombre. Caminaron las vías del tren y encontraron decenas de migrantes que con ellas se quejaron.
Los desaparecidos
“Cuando mi gente migró en esos años (años 90), no existían las facilidades para comunicarse que hay hoy. En ese tiempo muchos ni teníamos electricidad. Para la gente pobre eso no existía. Los correos mismos que se enviaban no siempre llegaban, pues los carteros a veces se roban los sobres cuando éstos contenían algún dinerito. Para nosotros son ‘desaparecidos’ porque no se comunican con la familia. Y luego, muchas veces tras años, las cosas cambian: uno cambia de casa porque no tiene ya para pagar la renta (el alquiler) y no tiene manera de comunicar a su familiar el cambio de domicilio y de teléfono. Y no siempre lo hacen porque quieren, ¡la mayoría de las veces es porque no tienen dinero para comunicarse!”.
Habla Nelly Santos quein afirma también que el avance tecnológico las ha ayudado mucho y el número de “desaparecidos” ha disminuido, por eso, hace unos años, afirma, comenzaron a decir que ya no había “desaparecidos”. Sin embargo, “desde hace unos cuatro años más o menos que comenzaron los secuestros de migrantes en México, tenemos nuevamente desaparecidos y tenemos miedo que hayan sido secuestrados y masacrados, como sucedió en Tamaulipas”. Y añade: “Lo de los secuestros lo veníamos denunciando desde hace mucho tiempo, pero eran casos aislados y nuestro gobierno siempre se ha desentendido del problema y no nos daba dinero para repatriar a los cadáveres. Tuvimos que organizar eventos de solidaridad para recaudar fondos para regresar cuerpos de nuestros migrantes a sus familias”.
Los demás cuerpos, se sabe, están en las fosas comunes en México. “En Ciudad Hidalgo, por ejemplo, hay una muy grande, en donde hay cuerpos sin nombre: tienen X por nombre y por apellido. Lo único que escribieron es el sexo”. A este propósito, Nelly Santos explica que antes la mayoría de migrantes (y por consecuencia de desaparecidos) eran hombre. “Hoy la cosa cambió ya que que son cada vez más las mujeres e inclusive los niños que migran”. En las listas que manejan las madres de la CNC hay efectivamente dos adolescentes que migraron a la edad de 13 años (un niño) y de 17 años (una niña) “para buscar a sus padres”.
Este último caso es narrado por Nelly Santos: “Ella salió de Honduras y fue secuestrada y vendida en Guatemala en un burdel llamado ‘Eclipse del amor’. Había un amigo que estaba enamorado de ella y que viajaba regularmente a Guatemala a trabajar en la industria cañera (de caña de azúcar). La fue a buscar y nos mantenía informados de la situación de la muchacha. El caso fue que un policía llegó a conocer a la joven, se enamoró de ella y juntos se vinieron a México donde se casaron. Hoy la madre de la adolescente, que es parte de nuestra organización, viene a México a visitarla regularmente”.
El Tribunal de Conciencia de los Pueblos en Movimiento
En el marco del Foro Mundial Alternativo de los Pueblos, se organizó el Tribunal de Conciencia de los Pueblos en Movimiento (TCPM) que sesionó durante tres días, del 4 al 6 de noviembre, en la Ciudad de México. En el estuvieron involucrados los miembros de al menos 500 organizaciones sociales, de derechos humanos y activistas a vario título del movimiento de solidaridad con los migrantes, todos procedentes de 60 países del mundo. Tras la sesión preliminar llevada a cabo en Quito, Ecuador, en ocasión del Cuarto Foro Mundial de Migraciones del 8 al 12 de octubre de 2010, el TCPM presentó casos que involucró en demandas específicas a 20 gobiernos de respectivos países del mundo, entre los cuales Estados Unidos (EU), el mismo México, distintos países de Centroamérica, Libia, Israel, Sudáfrica, Filipinas y la Unión Europea, particularmente el Estado español, Francia e Italia.
Con una referencia explícita a la experiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) con sede en Roma, Italia, el TCPM reunió casos y demandas que impiden “el derecho a la libre movilidad humana (libre circulación y tránsito), misma que incluye tres dimensiones: el derecho a migrar y permanecer; el derecho a no migrar; y el derecho a no ser desplazados”. En este contexto, salieron a flote muchos casos que fueron expuestos, analizados y juzgados en los tres días de sesiones que se dividieron en analizar las violaciones en América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México), América Latina y Europa.
Fueron denunciados los casos “mexicanos” del amenazado desplazamiento provocado por el proyecto de la presa La Parota en el estado de Guerrero, en el sur mexicano. Se denunció el caso de acoso que sufre el Municipio Autónomo de San Juan Copala así como las amenazas que aún penden encima del pueblo de San Salvador Atenco. Se denunciaron los casos de separación de familias: el caso de Elvira Arellano deportada de EU y separada de su hijo; el caso de Elizabeth León Medina, deportada y maltratada por las autoridades de Canadá; el caso de David Lawrence Green, deportado después de ser adoptado y llevado a Nueva Yor donde vivió 29 años desconociendo su origen mexicano; el caso de Doña Cirila, indígena chatina del estado de Mississipi, EU, a la cual le fue quitada su hija recién nacida (dada en adopción a una pareja estadounidense), por “falta de idioma inglés”.
A su vez, salieron los casos de los potenciales desplazados del Movimiento Justicia del Barrio de Nueva York, los casos de desplazamiento forzado de afro-descendientes e indígenas a causa del control paramilitar en Colombia, el caso del pueblo Mapuche y de los campesinos desplazados en Brasil. Se habló de política migratoria europea y del pueblo Saharaui, así como de la tragedia en la Franja de Gaza y de la problemática de los ex-braceros mexicanos que, tras trabajar de jornaleros en Estados Unidos en los años 60, aún no perciben los fondos de ahorro que por ley les corresponden. Finalmente, se realizó un informe especial acerca de la masacre de 72 migrantes ocurrida en el estado de Tamaulipas el verano pasado.
Problemas comunes
Un aspecto particularmente interesante del TCPM fue llegar a la conclusión que existen muchos factores comunes entre los casos, en ocasiones tan distintos, que se presentaron. Más allá del carácter de injusticia que existe tras cada caso, el TCPM identificó algunos aspectos más específicos. Los miembros del Tribunal relataron los que llaman las “principales problemáticas comunes que plantean que las violaciones a derechos humanos, laborales, sociales y culturales se presentan de manera múltiple lo cual nos lleva a establecer que dichos conflictos afectan a todas las personas migrantes con o sin papeles”.
En particular, el TCPM señaló la relación estrecha entre procesos de resistencia y desplazamiento forzado, sobre todo “en contextos de devastación ecológica y/o de luchas por la libre determinación”. Indicó además la existencia de un patrón común que se expresa a través de la imposición de políticas neoliberales y de criminalizaciones de luchas de resistencia y luchas sociales en general. En este aspecto, hay una práctica común a lo largo de todos los casos, y por ende de los territorios involucrados, de “escarmiento de comunidades en resistencia, expulsión sin debido proceso de activistas solidarios internacionalistas asesinatos y golpizas, tortura sexual y violaciones sexuales de mujeres detenidas como estrategia de guerra contrainsurgente de baja intensidad en contexto urbano”.
Otro aspecto señalado fue respecto a las muertes de migrantes en todo el mundo. En este caso, indica el TCPM, “es necesario exigir la exhumación para los familiares que así lo deseen para que puedan llevarlos a su tierra de origen y asimismo visualizar que es un problema generalizado”. De ser poco, se identificó la existencia de un patrón común en lo que tiene que ver con las detenciones de migrantes que reciben “tratos crueles e inhumanos, equiparables a tortura y crímenes de lesa humanidad”. Asimismo, se señaló la violación generalizada de los derechos laborales de los migrantes víctimas, a su vez, de una general política de “exportación de mano de obra forzada”.
Rumbo a la COP16 en Cancún
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México, DF. Del 29 de noviembre al 10 de diciembre próximos, se llevará a cabo la 16 Conferencia de las Partes (COP) sobre Cambio Climático, reunión convocada por la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), en Cancún, Quintana Roo, en México. La mejor conocida como COP16 tratará, según las intenciones declaradas por parte de los 192 países que en ella tendrán representación, de llegar a un acuerdo multilateral que sustituya el próximo a vencer Protocolo de Kioto, que fue firmado en 1992 en la Cumbre de la Tierra y que aborda la reducción de las emisiones de Gases de Efectos Invernadero (GEI).
Así como los gobiernos del mundo parecen concentrar su atención por el medioambiente en la próxima reunión en Cancún, así la sociedad civil mexicana e internacional hicieron de la reunión de la COP16 parte fundamental de su propia agenda. En ella, sin embargo, no se habla de cambio climático, sino más bien de “crisis ecológica y climática”, abriendo el camino a un debate más complejo que impone en las mesas de discusión, tanto los derechos de la Madre Tierra, como de los pueblos que en ella viven.
Con agendas múltiples y ricas en iniciativas, distintas organizaciones sociales, movimientos ecologistas y campesinos, movimientos autónomos y ONGs se están dando cita en Cancún para protestar ciertamente, pero también para proponer alternativas válidas a las que definen las “falsas soluciones” promovidas en las sedes oficiales de la COP. Al mismo tiempo, las organizaciones sociales que se preparan para “tomar” Cancún en los días de la conferencia internacional, en especial las que son parte del movimiento social mexicano, pretenden aprovechar la ocasión de los “ojos del mundo” concentrados en México para mostrar la realidad de un país especialmente víctima de la crisis ecológica, misma que el gobierno federal mexicano esconde y, en su caso, niega reprimiendo a los movimientos que protestan.
Tras el fracaso de la anterior reunión de la COP en Copenhague, Dinamarca, el año pasado, que produjo – por iniciativa de únicamente cinco países, China, Estados Unidos, India, Brasil y Sudáfrica – sólo un documento de tres hojas – el “Entendimiento de Copenhague” – que no obliga a ninguna de las partes a su cumplimiento, la COP16 se presenta como el enésimo potencial parteaguas para salvar al planeta y a la vida del “cambio climático”. A pesar de lo anterior, múltiples declaraciones, tanto de representantes del gobierno mexicano, anfitrión de la conferencia, como de otros actores gubernamentales involucrados en el proceso, apuntan a acotar los posibles resultados concretos de la reunión. Por el contrario, para los movimientos sociales globales, ésta representa una ocasión más para insistir en que “no hay que cambiar al clima, hay que cambiar al sistema”.
Los movimientos
El panorama de las agendas de los movimientos sociales rumbo a las actividades alternas a la COP16 se ha enriquecido en los últimos meses con decenas de actividades y propuestas. Aunque en un primer momento pueda parecer que el movimiento esté dividido, la realidad habla de una vasta y rica complejidad que refleja totalmente el gran abanico de organizaciones y posturas existentes en México y en el mundo. Con todo lo anterior, las distintas agendas del movimientos rumbo a la COP16, según declaran los protagonistas de sus formulaciones, coinciden en que no se puede hablar de “cambio climático” porque ello sería reducir el problema, hacerlo más simple de lo que es. Hay que hablar de “crisis ecológica”, insisten los movimientos, y dicha crisis hay que insertarla en la más compleja “crisis multidimensional” por la que está atravesando el mundo. Dicha coincidencia no es poca cosa, pues gracias a ella, el movimiento social internacional supera las aparentes divisiones entre “ecologistas” y “movimientos sociales”, los primeros supuestamente ajenos a los temas de la “justicia social”, los segundos menospreciadores del tema “ambiental”.
Al mismo tiempo, las distintas agendas del movimientos coinciden en la formulación de propuestas concretas de actividades a realizarse en los días de celebración de la COP16. Espacios distintos entonces, pero incluyentes al mismo tiempo y con un horizonte común en contra de las “falsas soluciones” (el Entendimiento de Copenhague, pero también los llamados “bonos de carbono” y los acuerdos REDD y sus evoluciones) y de los espacios “no democráticos” como es la COP, pero también en favor de la autonomía de los movimientos y sus agendas, con propuestas en contra de la crisis ecológicas, que van del llamado “decrecimiento” hasta “la vía campesina al enfriamiento del planeta”, de “las enseñanzas de los pueblos originarios” hasta el radical cambio del modelo de desarrollo capitalista e industrial.
“Miles de Cancún por la justicia climática”
“Llamamos a los movimientos sociales, a las organizaciones populares y a los pueblos de todo el mundo a organizar el 7 de diciembre 2010, miles de protestas y acciones en rechazo a las falsas soluciones y las soluciones de mercado. Nos declaramos en movilización permanente hasta derrotar las negociaciones de gran mercado en Cancún en diciembre de 2010”. Así termina el comunicado que el pasado 1 de septiembre Vía Campesina (VC), organización campesina internacional, publicó y en el que analiza la situación de las negociaciones internas a la COP y fija su postura. En el documento, la organización campesina apunta que la reunión de Copenhague el año pasado “demostró la incapacitad de la mayoría de los gobiernos para enfrentarse a las causas reales del caos climático”.
Señala además que los países industrializados han convertido a las “negociaciones climáticas” en un gran mercado. Ejemplo de ello, insisten los miembros de VC es el llamado “Mecanismo para un Desarrollo Limpio” (MDL) del protocolo de Kioto que “permite a los países seguir contaminando y consumiendo como de costumbre, a cambio de pagos mínimos para que supuestamente los países del Sur reduzcan sus emisiones”. A propósito de “falsas soluciones”, VC señala también su rechazo a “la iniciativa REDD (reducción de las emisiones por deforestación y degradación)”, ya que “la protección de los bosques y la reforestación de los bosques degradados es una obligación de todos los gobiernos que debe implementarse sin limitar la autonomía, los derechos o el control de los pueblos indígenas y campesinos sobre la tierra y los territorios”.
Al mismo tiempo, VC rechaza el llamado “mercado de bonos de carbono” que “ha probado ser extremadamente lucrativo en términos de generación de ganancias para los inversionistas, sin embargo ha fallado rotundamente en la reducción de gases de efecto invernadero”. Junto a ello, la organización campesina se opone a la geoingegnería que pretende alterar deliberadamente el clima. Sin embargo, VC no se queda solamente en la propuesta, sino que insiste en que “los campesinos podemos enfriar al planeta” y vuelve a presentar la propuesta ya indicada en el año pasado durante la COP15, en Dinamarca. Afirman los miembros de VC: “La investigación científica muestra que los pueblos campesinos e indígenas podríamos reducir las emisiones globales actuales al 75% al incrementar la biodiversidad, recuperar la materia orgánica del suelo, sustituir la producción industrial de carne por una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados locales, parar la deforestación y hacer un manejo integral del bosque”.
En entrevista con Desinformémonos, Alberto Gómez, responsable por la región América del Norte de Vía Campesina, afirma que en la Conferencia de los Pueblos realizada en Cochabamba, Bolivia, el pasado mes de abril, la organización tuvo una reunión global para definir su agenda rumbo a la movilización en ocasión de la COP16. “Hemos decidido convocar a la movilización global de la organización”, explica, “ya que no toda la Vía Campesina podrá estar en Cancún”. Con la consigna de “Miles de Cancún”, Gómez explica que se comenzó ya a trabajar en muchos países en donde la organización tiene presencia para preparar movilizaciones locales que “ofrezcan un marco a las protestas en México”.
Añade que rumbo a Cancún, además de tener una amplia agenda de actividades, lo principal “es informar a la gente”. Señala que la gente, “el pueblo”, está sintiendo la problemática, la está sufriendo, “pero no tiene la información suficiente para relacionar las cosas”. Abrir el debate entre las cientos de organizaciones y resistencia existentes en México que se oponen tanto a los “megaproyectos” como las consecuencias de la “política ambiental” del gobierno es medular para Vía Campesina. “Tenemos que informar a la gente, que sepan que todo es parte del mismo problema, pues informando tendremos las herramientas para organizarnos”, concluye.
Con respecto a otros espacios de organización rumbo a las movilizaciones de Cancún, Alberto Gómez resalta el vasto abanico de propuestas e iniciativas. Sin embargo, Vía Campesina buscó tener una agenda propia con el afán, eso sí, de encontrar puntos de coincidencia “más adelante”, ya próximos a las protestas de principio de diciembre. “Trabajamos todos, organicémonos, realicemos cada quien nuestras actividades, sólo así vamos a tener puntos de encuentro y articulación en Cancún”.
La agenda y los aliados
Vía Campesina tiene un firme aliado en la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA). Junto a ella, y a otras organizaciones como son la Red en Defensa del Maíz, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la organización campesina está organizando unas caravanas que no sólo llevarán sus contingentes a Cancún para organizar el “Foro Alternativo Global por la Vida, la Justicia Ambiental y Social”, del 3 al 8 de diciembre, sino también para hacer visibles “las luchas locales contra las injusticias sociales y ambientales”. Las cinco caravanas previstas “denunciarán la apatía generalizada con respecto a los escándalos socio-ambientales actuales, así como la manipulación del gobierno mexicano para implementar mega-proyectos que realmente devastan comunidades y el medio ambiente”.
Saliendo de distintos puntos de la república mexicanas (Jalisco, San Luis Potosí, Guerrero, Oaxaca y Chiapas), las cinco caravanas contarán con la participación de los movimientos sociales de Canadá y Estados Unidos, además de muchas organizaciones de otros países del mundo. Un actor principal en la organización de este esfuerzo que se realizará a partir de finales de noviembre para converger primero en la Ciudad de México (con la prevista movilización del día de 30 de noviembre) y luego en Cancún el 3 de diciembre, es, junto con VC, la ANAA. Dicho espacio social, organizado alrededor de decenas de luchas locales en defensa del territorio y en contra tanto de los mega-proyectos, como de sus consecuencias, tuvo su Sexta Asamblea Nacional los pasados días 11 y 12 de septiembre. Reunidos en el municipio de Magdalena Ocotlán, Oaxaca, los más de dos mil asistentes produjeron un pronunciamiento muy significativo.
En él, los integrantes de la ANAA afirman que sólo en el último año, dicha Asamblea acogió “a decenas de nuevos escándalos de injusticia ambiental, social y climática por diversas regiones del territorio nacional”. Dicha devastación, denuncia ANAA, está “incluida dentro de la actual política de destrucción nacional del mercado interno, de la industria y la agricultura soberanas, así como asociada a la indefensión de millones de migrantes mexicanos y centroamericanos, a la carnicería humana que ha desatado la supuesta guerra al narcotráfico, a los interminables asesinatos de periodistas, al comercio sexual de personas y menores de edad, y tantos otros crímenes e injusticias que en este Bicentenario ponen de manifiesto la situación de extremo peligro en que se encuentra México”.
Entre las muchas denuncias que realiza la ANAA es importante mencionar los “atroces asesinatos” sufridos por parte de muchos activistas ambientales y sociales en México: “Mariano Abarca, en Chicomuselo, Chiapas, muerto por oponerse al proyecto minero de la empresa canadiense Blackfire, Miguel Ángel Pérez Cazales, del pueblo de Santa Catarina, en el municipio de Tepoztlán, Morelos, por oponerse a al especulación urbana con las tierras del Texcal en las inmediaciones de la ciudad de Cuernavaca, así como de Beatriz Cariño y Jiri Jaakola, en San Juan Copala, por oponerse a los asesinatos previamente ocurridos en contra de los miembros de este municipio autónomo de Oaxaca”.
Junto a ellos, el pronunciamiento de la Asamblea señala a la “muerte silenciosa” de decenas de personas que sobrevienen, entre otras causas, por efecto de la pandemia de insuficiencia renal, que junto a otras enfermedades degenerativas ocurren en las riberas del río Atoyac, en Tlaxcala, del río Santiago, en Jalisco y de los ríos Blanco y Coatzacoalcos, en Veracruz. Todas estas muertes, afirman, son “debidas a las descargas industriales no controladas en sus cauces”.
La ANAA denuncia los cientos de proyectos de minería a cielo abierto que están destruyendo al territorio mexicano, así como el hecho que el gobierno mexicano “no ha atendido ninguna de las demandas de las 26 comunidades afectadas por las mega-granjas de cerdos de la empresa Granjas Carroll de México, propiedad de la trasnacional estadounidense Smithfield Foods”, mismas que se señalaron como causa de la llamada “gripe porcina” (AH1N1). En cambio, señala ANAA, “el gobierno federal se apresta a presentar este puerco negocio como un ejemplo nacional de los llamados Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL)”. Salen a flote luego decenas de otras denuncias en contra de los proyectos de construcción de presas a lo largo y ancho del país, la concesión de nuevos campos experimentales de maíz transgénico “en las narco-regiones de los estados de Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Chihuahua”.
Finalmente, la ANAA manifiesta la decisión de participar, con la Vía Campesina, en las movilizaciones de protesta ante la COP 16 del Convenio de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. “La Asamblea Nacional de Afectados Ambientales y la Vía Campesina ya comenzamos a organizar caravanas de visibilización de la situación de injusticia ambiental, climática y social en la que se encuentra hundido México”. Estas caravanas, afirman, pasarán por varios puntos donde hay luchas y resistencias de los pueblos y organizaciones de la Asamblea, para visibilizar la situación de desastre y las respuestas populares que ahí se vive, para denunciar “la grave situación nacional que padecemos” y para establecer nuevas redes locales, regionales , nacionales e internacionales de solidaridad con ellas. “Así construiremos un mapa de la devastación ambiental y social que vamos a denunciar en Cancún, como la verdadera política ambiental y climática del gobierno mexicano”.
“La crisis ambiental es económica”
Andrés Barreda, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de la ANAA afirma que nombrar a la actual crisis múltiple como cambio climático es una “farsa”. Entrevistado por Desinformémonos, el académico mexicano dice que la transformación climática que está ocurriendo es catastrófica, con temperaturas futuras “jurásicas”, miles de millones de vidas en peligro, destrucción completa del planeta. Por lo anterior, “definir todo esto como cambio es banal y muy irresponsable”. Barreda indica que el discurso oficial “evidentemente trata de manipular a la población”. Además, continúa, el problema no es sólo climático, sino “es ecológico, en un sentido total”. Adjunto al cambio climático, “se registra el problema del agua, de la fuerte contaminación ambiental, de las aguas, mares, bosques, etcétera y todas estas crisis están interactuando en complejidad”.
Todo lo anterior (y mucho más), afirma Barreda, está sucediendo y está causando consecuencias terribles para el planeta y la vida. Y sin embargo, denuncia, “todo esto no entra en la agenda del cambio climático (de la ONU), no obstante es parte de una crisis ambiental global del capitalismo”. Por eso, insiste, es importante hablar de la crisis ambiental en un sentido complejo y de ésta junto a las demás crisis, pues “resulta impúdico hablar sólo del ambiente sin tocar el tema de la crisis económica y social que está viviendo el planeta”. Lo anterior, porque “el capitalismo ha tratado de ocultar el eje de esta crisis que es la crisis del modelo de desarrollo de la civilización petrolera”. En otras palabras, afirma, “la crisis ambiental es económica”.
Ya hablando de México, Barreda afirma que Estados Unidos ha podido convertir al país (y a otros, por ejemplo China) en el espacio de desahogo y desplazamiento de sus contradicciones y problemas. Ejemplo de ello es la industria maquiladora y de ensamble automotriz o las modificaciones a la ley que permite la siembra de plantas transgénicas. En suma, afirma el académico de la UNAM, “México, que ya no tiene la ventaja de la mano de obra barata, lo único que lo hace competitivo en el mundo es la desregulación ambiental, lo que convirtió al país en un paraíso de la destrucción ambiental”. Aunado al anterior, México está en la franja del planeta que se prevé más estará afectada por el cambio climático. “No sabemos”, afirma Barreda, “si es peor el cambio climático o el comportamiento de las autoridades mexicanas frente al problema”.
Con respecto a la movilización en el marco de la COP16, Barreda afirma que “se viene el activismo más vivo actualmente en el planeta”. Es un activismo, señala, que ya entendió que el calentamiento global se generó por la “sobre acumulación capitalista”, que “es la crisis del capital la que genera estos problemas”. Por eso, los activistas que llegarán a Cancún tienen “cada vez más claro que el capitalismo es el responsable y que no hay que cambiar al clima, sino al sistema entero”. Añade que “para nosotros (los movimientos sociales) ésta es una gran oportunidad para mostrar lo que está ocurriendo en México”. Por esto, insiste, no sólo “estamos organizándonos para ir a Cancún, sino queremos realizar las caravanas que muestren al mundo lo que sucede”. Además, señala Barreda, tanto la ANAA como otras organizaciones afines están trabajando y solicitando la realización en México de una sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos, mismo que debería tocar justamente la temática ambiental y la complejidad de su crisis.
Diálogo Climático-Espacio Mexicano
Junto a Vía Campesina y a la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, existen otros espacios de organización y movilización rumbo a Cancún. Uno de ellos es el llamado Diálogo Climático-Espacio Mexicano (DCEM). Surgido como fusión de Diálogo Climático, espacio impulsado por un conjunto de organizaciones de base en México, y el Espacio Mexicano, nacido alrededor de la articulación de distintas organizaciones cercanas al mundo de las ONGs ambientalistas y sociales. El DCEM se compone hoy de más de 120 organizaciones sociales y ecologistas de México que, juntas, han formulado una agenda propia “que no contradice ni entra en conflicto con las otras agendas”. Se presenta como “un espacio plural y abierto, en el que se expresan distintas opiniones, estrategias y culturas políticas, al mismo tiempo que se articula sobre la base de un claro posicionamiento político para la acción común”.
Consciente de la pluralidad de propuestas frente a la COP16, el DCEM aclara que “si bien en esta confluencia no están todos los movimientos y redes sociales, se acordó mantener (en México y a nivel internacional) las gestiones unitarias, proponiendo que los diferentes movimientos sociales que van a realizar acciones paralelas coincidan en la movilización del 7 de diciembre, se elabore una declaración común, se fortalezca el apoyo mutuo en materia de difusión de las actividades, se hagan labores de prensa conjunta y se coordinen al máximos los debates y paneles, y se respete el papel y autonomía de cada espacio”. La fecha del 7 de diciembre, también señalada por Vía Campesina, se convierte entonces en la fecha símbolo de las próximas protestas en Cancún. Una movilización global se prepara y todos los esfuerzos apuntan hacia ella.
El DCEM reconoce también que “el cambio climático no es un mero problema ambiental sino que es el reflejo de una crisis global con múltiples dimensiones: económica, social, cultural y política”. El problema de fondo, afirma en múltiples comunicados, es “un modelo de producción y consumo injusto y no sustentable, causante principal del cambio climático y las desigualdades sociales, la pobreza, la exclusión, la iniquidad de género y la depredación ambiental”. Y para dejar clara la postura frente a la COP16, dicho espacio afirma que “la propuesta que impulsamos no se circunscribe a la acción coyuntural en las reuniones internacionales, en este caso la COP-16, sino a la construcción de agendas locales y nacionales y su articulación con los movimientos globales por la justicia climática”. Lo anterior, abundan, implica procesos múltiples y descentralizados que incluyen los esfuerzos de muchas organizaciones y movimientos en todos los estados y regiones del país y de todo el mundo.
Con referencia a las declaraciones del gobierno mexicano y otros que buscan minimizar los alcances de la reunión de Cancún e inclusive crear las expectativas de que un acuerdo integral no se logrará, el DCEM afirma que “el movimiento social y las organizaciones civiles mexicanas y mundiales discutiremos en Cancún nuestras propuestas para hacer frente al problema y, a través de manifestaciones pacíficas haremos escuchar la diversidad y pluralidad de nuestras voces”. Además de lo anterior, en un comunicado de prensa con fecha el primero de octubre pasado, dicho espacio organizativo, quien tuvo pláticas y negociaciones con el gobierno mexicano sobre todo acerca de los lugares físicos para la instalación de actividades alternas a la COP16, toma distancia de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) del gobierno mexicano quien está al mando de la organización del evento COP16.
“En fechas recientes el gobierno federal anunció la instalación de una “Villa Climática”, espacio en el que pretende combinar la participación de la sociedad civil, con empresas nacionales y transnacionales en busca de negocios verdes”. Lo anterior, señalan, “es totalmente inaceptable ya que además de una intervención innecesaria del gobierno en actividades auto-organizadas, no reconoce la identidad propia de nuestras redes, que si bien son plurales, están unidas por un denominador común: buscar desde la sociedad las soluciones reales para detener el calentamiento global y lograr la justicia climática”. Tras intensas negociaciones, el DCEM logró llegar a un acuerdo con el gobierno federal mexicano para que éste acepte “respetar la autonomía, auto-coordinación e independencia de los movimientos sociales: no habrá presencia policial en el interior, ni procedimientos de seguridad para entrar a este espacio, y los eventos, propaganda y exposiciones empresariales, así como las actividades mediáticas contratadas por el gobierno será en otro lugar de la ciudad”.
Dentro y afuera de la COP
Alberto Arroyo, miembro de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (REMALC), a su vez parte del DCEM, afirma que el DCEM, además de la agenda de actividades rumbo a la COP16, está articulando relaciones con el movimiento internacional. Entre las organizaciones del mundo que se estarían relacionando entre sí, figuran la Alianza Internacional de Habitantes, la Alianza Social Continental, Amigos de la Tierra, la Campaña Mesoamericana para la Justicia Climática, Convergencia de Movimientos los Pueblos de las Américas, Jubileo Sur América, Marcha Mundial de las Mujeres, la Confederación Sindical de las Américas, entre otras.
En entrevista con Desinformémonos, Arroyo explica que en Cancún se realizarán tres tipos de actividades. Por un lado, la movilización tanto en Cancún como descentralizada en el país (México) y en el mundo finalizará en la cita internacional del día 7 de diciembre. Para ello, cuenta el activista mexicano, “se está preparando una caravana que llegará de la zona andina del continente, cruzará toda América Central y alcanzará Cancún”. Por otro lado, continúa, “habrá un Foro sobre Justicia Climática, que tendrá distintos tipos de paneles y eventos autorganizados”, y, junto a ello, “se está organizando una sesión preliminar del Tribunal de los Pueblos sobre Justicia Climática”.
Cuenta Alberto Arroyo que muchas organizaciones del DCEM “tendrán tanto gente afuera (de la sede de la COP) como adentro”, por lo que esperan poder “tener ese contacto entre ambas partes”. La relación con el interior de la reunión es un tema importante según Arroyo. “A diferencia de otras reuniones internacionales, aquí sí hay que llegar a un acuerdo formal internacional entre los gobiernos”. Por eso, afirma, “es importante el diálogo con los gobiernos y el trabajo adentro de la COP es más central que en otras ocasiones”. Lo anterior, aclara, “se consigue sólo con la presión social, por eso estamos organizando las movilizaciones afuera de la conferencia”.
Acerca de las propuestas del DCEM, el activista de REMALC fija la posición de este espacio organizativo. “El espacio comparte las propuestas y la postura del documento producido en Cochabamba durante la Cumbre de los Pueblos como punto de partida”. Esto significa, según Arroyo, que “debe de haber consenso internacional alrededor de toda decisión que se tome en la COP; se tiene que llegar a un acuerdo vinculante sobre reducción de emisiones y lo anterior implica repensar radicalmente el actual modelo productivo y de consumo”. Aunado a lo anterior, “hay que impulsar la transición a otra matriz energética y privilegiar la agricultura campesina, la producción local para consumo local”, pues buena parte de las emisiones de GEI se debe a la agroindustria y al traslado de mercancías importadas.
“La dialéctica existente entre movimientos ecologistas y movimientos sociales de matriz económico”, sigue Arroyo, “se ha diluido bastante”. El miembro de DCEM afirma que cada vez hay más conciencia, entre los “ecologistas”, de que la actual crisis ambiental es fruto de una crisis integral que implica muchas dimensiones. Lo anterior “se podría resumir en la propuesta indígena del vivir bien – y no del vivir mejor -, que asume otro modelo de consumo, pues no es viable un planeta en que todos consumimos como Estados Unidos”. La cultura indígena permite hacer converger las dos posturas, afirma Arroyo, aunque admite que hay que plantear una transición, pues no es posible pensar un decrecimiento “parejo” para todos los países. “Los países desarrollados tienen que comenzar, pues tienen una deuda ecológica y climática con el planeta”.
Los anticapitalistas
Un tercer espacio de organización rumbo a las movilizaciones de Cancún es el llamado Espacio Internacional Anti-C@p, sigla que incluye las movilizaciones anti-COP con una postura declaradamente anticapitalista. Integrado por varias organizaciones, algunas de las cuales también son parte del DCEM, como es Marea Creciente, el Anti-C@p mira a Cancún como con una visión netamente anticapitalista. Integrantes de Jóvenes en Resistencia Alternativa (JRA),quienes también son parte de este espacio, afirman que “la COP16 representa una pasarela y un espacio en el que se disputan recursos” por parte de las grandes ONGs dedicadas al tema climático.
Anti-C@p está conformado, continúan, “por colectivos ecologistas, anticapitalistas y promotores de tecnologías anti consumo” entre los que figuran la Zona Autónoma Makhnovtchina, Acción Directa Autogestiva (ADA), los miembros del Auditorio Che Guevara ocupado de la UNAM, el colectivo CACITA, el Centro de Medios Libres de la Ciudad de México, el Frente Amplio Contra de la Supervía Poniente de la Ciudad de México, entre otros. Todas estas organizaciones denuncian que en las conferencias como la COP “no está representada la gente de base, ya que adentro de la conferencia se desarrolla más bien una especie de burocracia ongera”.
Los “colectivos autónomos y anticapitalistas” que conforman la Anti-C@p afirman tener relación con los demás espacios rumbo a Cancún, en especial modo con Vía Campesina y la ANAA. A diferencia de ellos, sin embargo, marcan la distancia de los gobiernos que se reunirán durante la COP16. “La conferencia de la ONU no es un interlocutor para nosotros”, pues el cambio climático “no es asunto de cumbres, aquí lo vivimos diariamente”. A pesar de lo anterior, Anti-C@p reconoce que la movilización de Cancún puede representar “un momento alto” en la articulación de movimientos sociales a nivel global. Impulsar convergencia entre los movimientos, es la consigna de Anti-C@p, “para hacer visibles los impactos de las políticas capitalistas”.
En particular, la oposición a la COP se concreta en una crítica profunda y articulada a las llamadas “falsas soluciones” y a los “negocios de las grandes ONGs”. La oposición neta al neoliberalismo que Anti-C@p reivindica se traduce en una crítica también al mensaje que la COP maneja. “Ellos (los de la COP) se apropiaron del discurso sobre el cambio climático. Con sus discursos buscan la creación de un imaginario de unidad para luego promover al llamado capitalismo verde”. En este contexto, Anti-C@p denuncia también al rol que está jugando el gobierno mexicano, mismo que trata de presentarse como un gobierno preocupado por el tema ambiental y con soluciones.
“Nosotros queremos cuestionar a la agenda de la COP” e imponer la agenda de los de abajo, afirman. Se reconocen en el espacio político marcado por la Otra Campaña, aunque, hasta ahora, ésta no haya adherido oficialmente a ningún espacio rumbo a la movilizaciones de Cancún. Anti-C@p también está organizando su propia caravana, la cual saldrá tras la marcha prevista por el día 30 de noviembre en la Ciudad de México. Según sus organizadores, la caravana estará compuesta por “estudiantes, amas de casa, niños y toda la gente que quiera sumarse”.
Junto a Marea Creciente y a ADA que organizaron la primera Convergencia Climática Regional en el estado de Puebla, Anti-C@p está organizando otras tres Convergencia en distintos puntos de la república mexicana. La primera, en orden de tiempo, se llevará a cabo a principio de noviembre en la localidad de Atenco, con la participación activa de la organización anfitriona, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). Otra Convergencia se está organizando en la ciudad de Mexicali, a la frontera con Estados Unidos, y otra más en la comunidad de Acteal, en el estado de Chiapas.
Junto a Marea Creciente y a ADA que organizaron la primera Convergencia Climática Regional en el estado de Puebla, Anti-C@p está organizando otras tres Convergencia en distintos puntos de la república mexicana. La primera en orden de tiempo se llevará a cabo a principio de noviembre en la localidad de Atenco, con la participación activa de la organización anfitriona, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). Otra Convergencia se está organizando en la ciudad de Mexicali, a la frontera con Estados Unidos, y otra más en la comunidad de Acteal, en el estado de Chiapas.
Con un eje que privilegia, según afirman sus integrantes, “la acción directa”, Anti-C@p señala que “ellos (los capitalistas) quieren manejar la crisis climática y social con un nuevo mercado de productos verdes y sustentables, con promesas de soluciones tecnológicas y otras falsas soluciones la crisis climática”. Por eso, convocan a construir “espacios y eventos autónomos, movilizaciones, y acciones para re-apropiarnos del discurso sobre el Cambio Climático y los procesos de adaptación y mitigación de los efectos devastadores del Calentamiento Global en una verdadera búsqueda de Justicia Ambiental y Social”. En Cancún, concluyen, “mostraremos que nosotros somos su crisis”.
Los otros caminos de la distribución de películas en México
El artículo fue escrito junto a la periodista brasileña Joana Moncau.
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Ciudad de México. “No podemos dejar que las salas cinematográficas, donde mejor se puede ver una película, se queden en manos de unos cuantos como sucede hoy”, afirma Alberto Cortés, director mexicano de la película Corazón del Tiempo (película de amor y resistencia filmada en comunidades zapatistas de Chiapas), estrenada en 2008 en México y que ya dio la vuelta al mundo. El realizador de la que fue la película mexicana más “taquillera” en 2009 en la Cinética Nacional, denuncia que actualmente las salas cinematográficas en México “están sustancialmente en manos de tres grandes cadenas: Cinemex, Cinemark y Cinépolis”.Por su parte, Nicolás Defosse, autor francés del documental “¡Viva México!” que recientemente comenzó una gira en 16 ciudades de México como “otra forma de celebrar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana”, señala que en el mundo de la producción alternativa de documentales y videos un problema apremiante es la distribución de los materiales. Desde abajo y caminando junto a las distribuidoras independientes, Nicolás Defosse intenta difundir su nuevo documental acerca del recorrido en 2006 de La Otra Campaña (iniciativa política convocada por el EZLN) y afirma que en los espacios alternativos, “todos se quejan que la distribución está mal, pero en lugar de quejarse, hay que movilizarse”.
Una lucha que hay que dar
Alberto Cortés defiende el derecho que tienen los cineastas de irrumpir en los espacios del cine comercial: “Llegar a una sala de cine, en este país, nos parece que es una lucha que hay que dar”. Y afirma: “Aunque nos parezca un lujo meternos a un lugar al que no correspondemos, la verdad es justo lo contrario, pues el cine es un espacio que era nuestro y hemos perdido”.
“Creo que por entrar a esos cines nuestra película (Corazón del Tiempo) no se descalifica en su discurso ni en lo que hicimos”. Cortés relata que había mucha gente que cuestionaba su decisión de buscar llegar a “la sala grande”. A quienes opinaban así, el director les respond[ia: “Para mi, como cineasta, el reto era precisamente llegar a las grandes salas de cine con un largometraje realizado con actores campesinos, indígenas”.
El director mexicano ganador de diversos premios en festivales de cine, explica que el reto inicial en la producción de Corazón del Tiempo era realizar una película de 35 mm de calidad para que pudiera acceder al público. Escoger este formato fue una decisión estratégica que respondió al deseo de alcanzar las grandes salas de cine en México y en el mundo. Además, con ese formato, “luego es más fácil bajarlo a cualquier otro formato sin perder calidad”.
En México la Ley Federal de Cinematografía, modificada por última vez el 15 de diciembre de 1998, contempla algunos aspectos que no corresponden a la realidad. Alberto Cortés señala, por ejemplo que “las grandes cadenas están pensadas para que exhibir exclusivamente cine estadounidense”. O, mejor dicho, “puro cine de Hollywood”.
La contradicción es que la actual legislación no sólo prohíbe que la distribución de cualquier material fílmico sea obstaculizada, sino que determina que un diez por ciento del total del tiempo de exhibición en los cines debe otorgarse a las películas mexicanas. Lo anterior, por un período mínimo de una semana. En este contexto, Cortés afirma que “nosotros los cineastas tenemos que luchar para no permitir que esas salas se queden exclusivamente para el mercado extranjero. Hay que ocuparlas”.
A la dificultad para ocupar las salas de cine en México, el realizador añade el maltrato que las tres grandes cadenas de exhibición de películas reservan a los cineastas independientes. “Cuando entras a un cine para exhibir tu película, obviamente no te tratan bien”, afirma. Por un lado, cuenta, se trata de resistir las negociaciones que algunos ofrecen: “Por ejemplo, en el Instituto Mexicano del Cine, los carteles de difusión iban a tener el sello del gobierno federal”. Eso, explica, contradecía el sentido de la película protagonizada por artistas de las comunidades autónomas zapatistas, razón por la cual no se aceptaron.
Por otro lado, las grandes cadenas, “que son las que menos arriesgan”, terminan siendo las que más ganan. De la llamada “distribución del peso en taquilla”, al productor sólo le correponde un 20 por ciento. De cada peso, ilustra el también director de Ciudad de Ciegos, 60 centavos son para la sala de cine, el restante se reparte entre el distribuidor y el productor. Otro aspecto de esta situación es el número de espectadores que logra reunir la película. “Si la película no logra un número mínimo de espectadores, te quitan funciones y te meten en unos horarios muy malos, las diez de la noche o a las diez de la mañana”.
Corazón del Tiempo salió con 15 copias en México. El relativamente bajo número de copias hizo que las salas de cine “nos trataran mal. Como no estás saliendo con mil copias, ni estás anunciando en el periódico, pues para ellos no existes”.
Alberto Cortés comenta que aunque “el cine mexicano pasa por una muy buena etapa a nivel mundial, cada cineasta mexicano pelea por esas salas de cine en el país. Corazón del Tiempo ganó esa lucha. Estuvimos en la Ciudad de México 11 semanas consecutivas en cartelera, lo que no es nada fácil para una película nacional”.
Distribución alternativa
Nicolás Defosse, quien justo en este mes de septiembre presenta el documental ¡Viva México!, señala que “desde nuestra trinchera de artesanos del documental, de la fotografía, de las artes visuales, también soñamos con otro país, un país liberado donde sea posible que la producción nacional tenga espacios dignos de difusión”.
La gira que organizó el autor del documental sobre La Otra Campaña en 2006 (que será acompañada por la Expo Foto La Otra Mirada) y que tocará 16 ciudades de México hasta el próximo 30 de septiembre, se trata precisamente de conquistar esos espacios de difusión.
“Esta gira es un intento de romper el cerco de los límites que se presentan a menudo para la difusión del cine y fotografía documental en el país”. Dice el documentalista de origen francés que en México son muchos y muchas los que realizan producciones de cine y fotografía independientes con “exigencia y compromiso, sin embargo nuestro trabajo se muestra poco o para pocos”.
Romper el cerco de la difusión es tarea de los propios autores, sostiene Defosse. “Demasiadas veces el acceso a las pantallas de cine y a las galerías de arte es negado a materiales de este tipo, por intereses comerciales cuando no ideológicos”. Por eso, afirma, “si hemos trabajado más de cuatro años para devolverle al pueblo un pedazo de su historia reciente, no es posible seguir esperando a que un distribuidor se nos acerque”. Es necesario, al contrario, llevar la historia y “el retrato de nosotros mismos a la gente, de ciudad en ciudad, esperando que otros y otras lo lleven a sus pueblos, a sus colonias, a sus escuelas, a sus casas, a sus espacios de vida y de trabajo”. Para el documentalista independiente “la esperanza es que la gente se apropie del trabajo y lo haga suyo”.
La gira de ¡Viva México! tiene entrada libre con el fin de enviar dos mensajes claros: por un lado, dejar claro que si no llega un distribuidor, hay otras opciones. Por el otro, advertir sobre un serio vacío en la difusión en México.
Los otros caminos del cine
Alberto Cortés cuenta que Corazón del Tiempo complementó su difusión “más institucional” con una distribución alternativa “a nivel de calle, a nivel de la gente”. Reivindica que no se utilizó ninguna publicidad pagada y, por el contrario, se logró “construir un mensaje urbano a través del graffiti, el estencil, los murales, los carteles que nosotros pegábamos”. Cortés está consciente de que posiblemente la gente que iba a elegir su película no tendría la posibilidad económica de acceder al cine. Sin embargo, “esa era una pelea que había que dar”, con la claridad de que “no estamos vendiendo para la gran producción sino que queremos un manejo honesto de la película”.
La película estrenó en Chiapas con una gira por los Caracoles zapatistas, gracias también a la producción de un DVD de alta calidad para su difusión y copiado. Al mismo tiempo, explica Cortés, “estábamos construyendo la campaña para el estreno en los grandes cines. Teníamos así dos vías que caminamos al mismo tiempo”.
Por su lado, en un claro e inédito ejercicio de distribución autónoma, las redes alternativas fueron alimentadas llevando copias de la película en formato DVD a los barrios, a los sindicatos, a grupos de indígenas. Tras este esfuerzo, cuenta Alberto, “afortunadamente comenzó a llegar gente a querer difundir la película más allá de nuestras iniciativas”. Así las cosas, Corazón del Tiempo llegó a festivales internacionales, a algunos países de América Latina y a Europa.
Cine popular vs. cine de Hollywood
El director y coguionista de Corazón del Tiempo identifica como otro problema el acceso que se tiene a las salas de cine. “No es sólo un problema de México, pero por la diferencia sociales que existen en el país entre el 85 y el 90 por ciento de la gente en general no asiste al cine, lo que no quiere decir que no vean películas, sino que no van al cine porque éste es demasiado caro”. Una situación que Cortés tacha de “sumamente injusta”.
Al precio del cine – hoy en México alrededor de los 50 pesos (poco menos de cinco dólares estadounidenses) -, dice, “hay que añadir los costos para llegar a la sala… debes tener un auto, pues hay cines que siquiera tienen una entrada peatonal”. Incluso arquitectónicamente ahora ya se puede diseñar para el tipo de persona que se quiere que llegue al cine.
Afirma Cortés que actualmente la tecnología permite, con muy poco dinero, crear una sala de cine. Su consideración va de la reflexión al recuerdo: “Hubo una época del cine en México en la que era un espectáculo popular. El cine era un lugar al que iba todo mundo, era parte de la canasta básica, era contemplado como un bien popular dentro de la economía familiar. Hoy, con lo que se paga por una entrada antes podía entrar una familia entera”.
Con el triunfo del neoliberalismo en México y la llegada de las grandes cadenas durante los años 90s, el cine dejó de ser de acceso popular, es decir, se expulsó a las clases populares de las salas. Hoy, en 2010, “los grandes públicos están atomizados”. Los cines tienen un público acostumbrado al cine de Hollywood: “Van a comer palomitas, a comer dulces”, lamenta el realizador, y aclara que su producción cinematográfica no está dirigida a ese tipo de público. Al contrario, dice, “el auditorio al que apunta Corazón del Tiempo es el de las zonas urbanas, los jóvenes, la gente interesada en lo que sucede en su entorno”.
Quizás Alberto Cortés en el único realizador de cine que abiertamente declara que la llamada “piratería” es una alternativa válida para la distribución. Explica que con Corazón del Tiempo “tratamos de utilizar la piratería en nuestro favor, llevando copias de buena calidad directamente a ese mercado subterráneo, pues lo que más nos importa es que la película se vea bien”.
Pondera: “La piratería está jodida porque no te paga derechos como autor, sin embargo cumple un papel de distribución en México”. Una opción que es necesaria, añade, pues si no existiera cierto material no se vería por ningún lado. Piratería, entonces, pero de buena calidad porque “no es que a la gente le guste ver una película de mala calidad, lo que pasa es que a veces es la única opción y sino la tuviéramos, estaría peor”.
Violencia contra los migrantes en México
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Tapachula, Chiapas, México. En la frontera sur de México los migrantes sufren las consecuencias de una ley no escrita que involucra autoridades locales y federales, delincuencia organizada y hasta el ciudadano “de a pie” que encuentra en los ciudadanos migrantes fuente de todo tipo de provecho.
No hay números, no hay estadísticas. No es posible saber cuántos seres humanos cruzan esta frontera, y el número de migrantes que mueren todos los días es un dato que quizás nadie nunca sabrá. Por un lado, los datos oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM) no alcanzan a interceptar a todas las personas que de aquí transitan rumbo a los Estados Unidos (EU). Por el otro, aquí el territorio está dividido por una frontera pero pocos asumen la diferencia y la diversidad que esa línea implicaría. Aquí todos pasan, de un lado a otro y viceversa: por sólo 2 dólares, la balsa cruza el río Suchiate y nadie – ni las autoridades mexicanas que vigilan desde el puente – te pide los papeles.
“Quiero ir a Estados Unidos”
Fermina Rodríguez Velasco, coordinadora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova (CDHFMC) que opera desde 1997 en la ciudad del sur de Chiapas, afirma que Tapachula ya no es el centro de concentración de migrantes que era antes. El paso del huracán Stan en 2005 arrastró las vías del tren que iban de Tapachula hasta el norte del estado, a la ciudad de Arriaga, y esto “descentralizó los flujos migratorios a otras zonas”. A pesar de lo anterior, por aquí siguen pasando cientos de personas todos los días.
En la Casa del Migrante en Tapachula, perteneciente a la Red Casa del Migrante Scalabrini, se hospedan decenas de migrantes que aquí encuentran un techo y un cobijo en su viaje hacia el norte. Reunidos en la calle frente a las instalaciones del albergue, hondureños y salvadoreños sobre todo, esperan seguir en su ruta, que alguien pase por ellos y los contrate para algún trabajo temporal o, simplemente, descansan pensando en el futuro.
Hay muchas ganas de hablar, de contar, de confrontar historias y vivencias. Y no hay competencia: nadie sufrió más, nadie es más experto. Los cigarros que circulan se comparten, la botella de refresco también. La poca comida que llega o que se consigue se distribuye entre todos. Y así, la plática fluye y los migrantes comienzan a contar sus historias.
“Soy Francisco, de Honduras, y estoy aquí porque quiero ir a Estados Unidos”. Cuenta que lo asaltaron y le quitaron el dinero que tenía para el pasaje y ahora “ando consiguiendo para seguir”.
Los asaltantes, explica, estaban vestidos de civil y lo despojaron de todos sus haberes cuando estaba en el tren: “Con machetes nos bajaron del tren y nos quitaron todo. Quien se resistía, lo agarraban a golpes”. Francisco regresó a Tapachula para poder “resolver el asunto migratorio y luego seguir mi recorrido con el tren”.
Ernesto es ciudadano de El Salvador: “Estoy aquí rumbo a los Estados Unidos”. De los peligros del viaje, Ernesto cuenta: “Mira, a uno lo asaltan cuando sale de su país. Luego en la frontera con Guatemala, la policía te pide dinero para dejarte pasar y finalmente hay asaltantes que te quitan el dinero del pasaje, que te ha costado tanto tiempo reunir”.
Ernesto ya estuvo en Estados Unidos trabajando como empleado doméstico en Minnesota. “La migra te cae en la empresa donde trabajas. A mí me sacaron tres veces, y me regresaron hasta mi país”. La última vez que salió de El Salvador fue hace 8 meses y logró llegar hasta la frontera norte de México “pero ahí me agarro la migra mexicana y me encerraron en la estación migratoria, allá en México”. Y añade: “Mi familia dice que estoy loco, pero yo tengo que intentarlo”.
Alberto, de Honduras, se juntó con otros dos hondureños “para que sea más fácil el viaje”. Para conseguir el pasaje, cuenta, “hay que ir andando de un pueblo a otro, trabajar un poco, seguir pasando las montañas, evadiendo los retenes. Es largo el camino”. Sin tren, cuenta, pasar por Tapachula ya no es fácil y hay que viajar con el transporte público. “Aquí nadie te regala el pasaje, hay que tener hasta para pagar la combi. A veces es el mismo chofer que te asalta o te denuncia a la migra. Uno la puede pasar de mexicano, pero a la hora que te piden tu identificación ya valiste”.
Roger Medina Díaz, de 30 años de edad, salió de Honduras hace doce años. “Ya estuve 8 años en New York, de 1999 hasta 2007, cuando me deportaron. Viví en Honduras un rato y ahora lo intento otra vez”. Comenta que ya conoce un poco México: San Luis, Nuevo Laredo, Saltillo, Puebla, y la localidad de Lechería, en el Estado de México, famoso cruce de trenes rumbo al norte. “Lo seguiré intentando, hasta lograrlo”, dice.
“No voltees hacia atrás”
La violencia de la que son objeto los migrantes en México es otro tema que los testimonios tocan con frecuencia. Adolfo, procedente de Honduras, acaba de llegar a la ciudad. “Tengo 30 años”, se presenta. El día anterior a su llegada, denuncia, fue asaltado en Tecún Umán (ciudad fronteriza de Guatemala separada de Ciudad Hidalgo por el río Suchiate). “Me asaltaron al cruzar con la balsa. Hay gente que pide más de la cuenta, pues son 10 quetzales (cerca de 2 dólares)…y nada, me quitaron todo lo que tenía”. Comenta que “es un negocio lo que tienen ahí y sí (el negocio) les da, porque se chingan a la mayoría”.
No es su primer viaje, aclara. En 1997, le tocó “ver una ‘acción’: un chavo llevaba a su hermana y la muchacha no se quiso dejar agarrar y estaba un bato (muchacho) con la escopeta, así – simula tener un arma y apunta al aire-y le disparó. La mató. El hermano se metió y a él también lo mataron. Eso sucedió antes de llegar a Arriaga, aquí en Chiapas”. Su rostro se entristece un momento. Luego continúa: “Que nadie voltee a ver atrás, nos gritaron. Y nadie volteó y los 11 que íbamos seguimos hacia adelante, pues el tren estaba por salir rumbo al norte”.
Entre la violencia, se encuentran abusos de todo tipo. “La primera vez que crucé aquí, en Tecún Umán”, recuerda Luis, migrante de El Salvador, “no conocía a nada y me dijo él de la ‘cámara’ (la balsa construida con cámaras de llanta) ¿Ves aquel de allá? Le respondo que sí. Pues – me contesta – si no me das tanto te entrego a ese tipo”.
En su experiencia, recuerda, está también la frontera norte: “Ya llegué una vez a Nuevo Laredo, pero ahí está difícil cruzar el río, pues están los zetas”.
– ¿Los zetas? ¿O la policía?
-“No, no, los zetas. Lo tienen todo comprado…no comprado, o sea que ya se adueñaron de ello (de la frontera), tienen inclusive casetas, te cobran hasta 2 mil pesos para pasar”.
Roger Medina comenta: “La migra (mexicana) aquí es un poco culera porque nos regresan. Uno anda por el otro lado y estos te regresan. Lo bueno es que no te piden mucho dinero”. Sin embargo, denuncia, “la municipal (la policía local) en cambio sí te pide mucho. Cuando me pararon, la otra vez, me dieron mi paliza para que les aflojara dinero. Me metieron preso dos horas. Ahora ando buscando como llegar a Arriaga para agarrar el tren”. Con tono de voz cada vez más triste añade un último comentario: “No es justo que uno tenga que vivir así, aquí todo es transa”.
Hay también quien se queda en México tras intentar ir al ‘otro lado’. “Llegué aquí cuando tenía 18 años”, comienza Juan, de El Salvador. Llegó joven a México, hace ya 23 años. Recuerda que en ese entonces ”no había ningún problema, uno viajaba a México, Tijuana y luego hasta Estados Unidos. Uno iba y venía sin problemas, no es como ahora que ya lo bajan (del tren) a uno”. Juan hoy vive y trabaja en Puerto Madero, en la costa, a pocos kilómetros de Tapachula.
“Toda mi familia vive allá en Salvador. Son 9 años que no veo a mi mamá y a mi familia allá. Fui militar en Salvador, no hice nada mal allá, puedo entrar a mi país con la frente en alto”. Por la guerra, decidió dejar al Ejercito e irse. Cuenta que ahora está casado con una mujer de Guatemala y está en Tapachula de paso. “Sólo unos días, porque estoy tramitando mi FM (forma migratoria)”.
Ya se siente mexicano y sin embargo, con más de dos décadas en el país, aún tiene que tramitar sus papeles de legal estancia. “Yo ya me siento de aquí. Cuando vuelvo allá (en El Salvador), ya no me siento bien, aunque haya nacido allá, me siento como extranjero, la gente me desconoce. No me tienen confianza como la gente de aquí que me conoce bien. Al ser migrante no soy ni de aquí ni de allá”.
Si nunca has sido pobre….
En la Casa del Migrante hay pocas mujeres, separadas de los hombres. Francia, de 28 años de edad y procedente de Honduras, accede a hablar. Lejos de los oídos masculinos afirma no ser un caso común.
– Yo no voy a los Estados Unidos, entonces no sé si quieres hablar conmigo
– No hay que ir a los Estados Unidos para ser migrantes…
Asienta con la cabeza y comienza su narración: “Vine aquí (Tapachula) a ver a mi esposo que me esperaba. Sus parientes tienen veinte años viviendo aquí. Él los alcanzó y luego me mandó a llamar”. Sonríe, sentada en la banca de la Casa del Migrante, toma su niño, Jeremías de 5 años, de la mano. Lo acerca y luego se acaricia el vientre. “Tengo cinco meses de embarazada”, dice. “Cuando vine a México, mi esposo me rechazó”. Hace 6 meses salió de su país y ahora se encuentra sola.
No parece desanimada, al contrario, la sonrisa sigue ocupando su rostro. “Llegué y (mi esposo) no me quiso. Y después de salir 4 veces embarazada y ahora con este niño – señala el pequeño a su lado -, él comenzó a ser agresivo, no sólo conmigo”. No sabe qué hacer, confiesa, aunque considera quedarse en México pues no sólo logró registrar a su hijo en el país, sino que piensa que “la educación está mejor aquí que en Honduras”.
Otras mujeres no se ven. No hay una opinión compartida acerca de dicha ausencia. Para la mujer es más fácil, opinan, porque cuando pide ayuda a la gente, “le dan más. A nosotros (hombres) nos dan 10 o 15 pesos, a ellas hasta 100 o 200”. La vulnerabilidad de las mujeres es clara: “Sufren más la violencia, eso sin duda”.
“Si preguntas por qué otras personas tienen mejor fortuna que yo – dice Luis, de El Salvador, de 32 años -, porque yo, que soy pescador, no puedo meter una empresa mía, aún con la posibilidad de hacer todos los papeles, porque se privilegian a empresas de otros lados, las transnacionales extranjeras”. En este contexto, afirma el migrante salvadoreño, no teniendo oportunidad “en tu tierra”, es necesario buscar la manera de salir adelante en otro lugar.
Aclara: “No es porque yo me sienta mejor en otro lado, yo creo que cualquiera de nosotros quisiera vivir bien con su familia, en su tierra, pero es algo que uno no tiene la oportunidad de hacer”. Luis mira fijamente a los ojos y afirma tajante: “Si tú nunca han sido pobre, nunca vas a saber lo que nosotros hemos sufrido”.
Hablando de El Salvador, pregunta: “¿Tú crees que El Salvador mejoró cuando le metieron el dólar (en 2001)? Eso no fue ningún futuro, fue futuro para los Estados Unidos, no para nosotros”. Y recuerda que la canasta básica “se fue para arriba y el salario se quedó igual”.
“Pero si vamos a hablar de política –continúa- a uno que no sabe le digo que la política es pura mentira, algo que no existe: si tú te quieres elegir como presidente municipal, le dices a la gente que vas a mejorar las cosas nada más para que te den su voto. Pero cuando ya tienes el poder ya ni te acuerdas de la gente que está necesitada y luchó por ti. Esa gente se muere de hambre todos los días, mientras tú ya tienes tu puesto”.
El migrante aborda también la política del presidente estadounidense Barack Obama. “Cuando Obama ganó yo estaba aquí en México. Él dijo que los migrantes aquí y los migrantes allá, pero no vi nada”. Comenta que desde que tomó el poder la nueva administración en Estados Unidos en 2009 han aumentado las deportaciones y disminuyeron las posibilidades para nosotros”. Acerca de la anhelada reforma migratoria, comenta: “Si hacen esa reforma (migratoria) es para el beneficio de los que están allá, no para nosotros que aún estamos de este lado”.
Según Luis, lo duro es aquí en México, no allá en los Estados Unidos. “Si todo fuera abierto, como dice el Libre Comercio (Tratado de Libre Comercio de América del Norte – TLCAN), podríamos ir y venir, sin problema. Pero no, aquí en México hay muchos retenes”. Y esboza una hipótesis: “Creo que Estados Unidos le paga a México cierta cantidad de dinero por cada migrante que agarran. Lo pagan, seguramente”.
Apariencia física guatemalteca
La campaña política y mediática que se desató alrededor de la ley SB1070 de Arizona ha sido intensa y amplia en los últimos meses. Sin embargo, no se ha pronunciado una palabra acerca de otros casos de detención de ciudadanos mexicanos por su apariencia.
Tal es el caso denunciado el año pasado a través de la queja AJ/22/2009 promovida por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías Córdova (CDHFMC) y dirigida a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) con fecha 16 de julio. En ese entonces, el CDHFMC demandaba a la CNDH que investigue los casos de tres ciudadanos mexicanos detenidos por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) e ingresados a la estación migratoria de Tapachula.
En el oficio firmado por uno de los abogados del Centro, Felipe Solís Gutiérrez, se reportan los casos de tres ciudadanos mexicanos (cuyos nombres omitimos por petición de los interesados), originarios de Chiapas, Puebla y Sinaloa respectivamente que, por no presentar el documento de identificación requerido por las autoridades en los puestos de control (credencial de elector) fueron primero detenidos y luego ingresados a la estación migratoria.
Dicha queja encontró finalmente respuesta el 25 de febrero de 2010. En una carta firmada por el coordinador de la Oficina Foránea en Tapachula, Héctor Pérez García, la CNDH informa la conclusión de su investigación, reconociendo los agravios sufridos por los tres ciudadanos mexicanos y reporta que el argumento de los servidores públicos fue “que no respondieron las preguntas que les formulamos sobre su lugar de origen […] y sus modismos son similares a las personas de Centroamérica y tenían acento guatemalteco”. La CNDH, en su respuesta, turna al INM la tarea de castigar eventuales responsabilidades.
No satisfecho, el 11 de mayo el abogado Solís Gutierrez del CDHFMC solicitó la intervención del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), que contestó el 27 de mayo pasado enviando una oficio dirigido al Víctor Manuel Herrera De Lira, director de la estación migratoria Siglo XXI de Tapachula. En dicho oficio, el CONAPRED pide al INM que “modifiquen los mecanismos implementados para evitar que los agentes migratorios de dicha estación realicen detenciones de ciudadanos mexicanos por su apariencia física al imputarles la nacionalidad guatemalteca”.
Economía sumergida
La Casa del Migrante de Tapachula, parte de la Red Casa del Migrante Scalabrini que cuenta con cinco casas (en Tijuana, Nuevo Laredo, Tapachula, Tecún Umán y en Ciudad de Guatemala), trabaja también gracias a la ayuda de voluntarios que aportan su labor por un periodo determinado. Ramón García-Rubio Ruiz, ciudadano del Estado español, trabajó durante tres meses en la Casa de Tapachula. Antes, cuenta, trabajó de voluntario en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, en San Cristóbal de Las Casas. Califica su experiencia como positiva ya que en su país de origen y en Europa en general, dice, se conoce poco esta frontera, pues “se habla casi sólo de la frontera norte”.
Tras tres meses de trabajo con los migrantes, García-Rubio Ruiz afirma que entre tantos controles que se encuentran en la zona – hay 6 retenes sólo de aquí (Tapachula) a Arriaga (unos 250 kilómetros más al norte) – para atravesar el río Suchiate no haya ninguna dificultad, pues hay un flujo constante de balsas o en Arriaga hay cientos de migrantes que abordan el tren…y la policía no dice nada.
Sin embargo, lo que más lo sorprende, señala, es el papel que juega México. “Sacan una ley como la de Arizona (la SB1070) y hay políticos, gente del mundo del espectáculo, que firman manifiestos, publican cosas en contra, se llenan la boca de derechos humanos y luego como país receptor de migrantes y de tránsito, México es un país muy racista con los centroamericanos”. Un ejemplo, abunda, es el trabajo que en Tapachula se ofrece a los migrantes. Pasan camionetas frente a la Casa y recoge migrantes para ir a trabajar. “Trabajan de albañiles o de cargadores o de recolectores de fruta. En fin, lo que sea, un trabajo del día. Los empleadores llegan aquí porque saben que aquí hay migrantes y muchas veces no les pagan”.
El voluntario español afirma que alrededor de los migrantes hay una mafia enorme para sacar dinero: “desde agentes migratorios que cobran para dejarte pasar hasta la red de secuestro para extorsionar a la familias”. Finaliza tajante: “Hay una economía sumergida increíble”.
Los derechos humanos en la frontera sur
Fermina Rodríguez Velasco, coordinadora del Centro de Derecho Humanos Fray Matías de Cordova (CDHFMC), describe a la frontera sur de México como un filtro que busca crear una división entre “el migrante bueno y el migrante malo”. Explica que no hay autoridad o grupo que controle el territorio, aunque señala que quizás las autoridades federales son las que más se sienten “amparadas” para cometer abusos. “Si un migrante se va caminando, todo mundo lo para. Lo único que lo puede salvar de ser detenido o interceptado es su buena suerte. Y todos buscan una manera diferente de extorsionarlo”.
Rodríguez Velasco señala que el trabajo del Centro de Derecho Humanos Fray Matías Córdova – cuyo equipo cuenta con abogados y expertos en el sector – se desarrolla paulatinamente debido a que “somos muy pocas las organizaciones que trabajamos aquí y el trabajo es mucho”. La responsable señala algunos obstáculos para el trabajo del CDHFMC, cuyas actividades se centran en un 90 por ciento en atender a los ciudadanos migrantes.
El primer obstáculo sería la participación de las autoridades de distinto nivel en los delitos que sufren los migrantes. “Para ellos (las autoridades) no es nada interesante que un centro participe en la protección de los derechos humanos. En estos momentos, por ejemplo, nos impiden entrar a la estación migratoria. Podemos acceder sólo con personas que ya conocemos, no con la población en general”. De esta manera, las denuncias son más difíciles.
Otro obstáculo que señala Rodríguez Velasco son los medios de comunicación locales. No sólo no difunden la información, sino que se dedican a “desacreditar nuestra labor y nuestro personal”. Por último, señala a la delincuencia organizada como otro obstáculo. “Nunca hemos tenido ataques directos, pero hemos tenido migrantes que nos han contado que los mismos traficantes de personas los mandan a ver qué hacemos”. Admite que “sería muy ingenuo pensar que no estamos observados”.
En diciembre del año pasado, el CDHFMC publicó un informe titulado “Derechos Humanos y Condiciones de Detención en la Estación Migratoria Siglo XXI. Tapachula, Chiapas, México” en el que se analiza la composición migrante en el centro más grande de América Latina de su tipo. “Hemos observado con mucha preocupación que la estación migratoria en un lugar en el que la delincuencia amenaza a los migrantes para que no denuncien abusos. Cuando migración (el INM) detiene a grupos de migrantes, entre éstos se infiltran delincuentes y detectan a quienes podrían denunciar y los amenaza”, afirma la coordinadora del Centro.
El racismo también es objeto de reflexión en el CDHFMC. “Hay racismo en la región inclusive en las autoridades. Cuando hubo la XV Conferencia Regional sobre Migración (CRM), el 20 y 21 de mayo pasado, el entonces alcalde, Ezequiel Orduña Morga dijo que había tres tipos de población migrante: la negra, la gris y la blanca”. Según la declaración del político del Partido Revolucionario Institucional (PRI), “la negra venía a delinquir, la gris estaría de paso y la blanca viene a trabajar”.
Finalmente, Rodríguez Velasco identifica las diferencias entre la frontera sur y la norte de México: “Los casos de violación a los derechos humanos que suceden en esta frontera son poco conocidos: aquí mueren como en el norte, sólo que aquí los entierran en las fosas comunes. Mueren a mano de asaltantes, a mano de la delincuencia y nadie dice nada”.
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