[De Revista Variopinto] La Comunidad del Caribe (o Caricom), mecanismo de integración regional de la Cuenca del Caribe, suspendió la petición de adhesión de la República Dominicana al grupo de países caribeños a causa de las medidas racistas y discriminatorias que este país ha estado implementando contra los vecinos haitianos y demás comunidades extranjeras. Muchos acuerdos de integración regional en el mundo, por ejemplo la Unión Europea o el Mercosur, incluyen cláusulas que impiden la incorporación de países, o bien los expulsan temporal o permanentemente, si estos pierden la calidad de democráticos o si sus leyes y prácticas son violatorias de los derechos humanos.
El 23 de septiembre pasado la Corte Constitucional Dominicana dictó una sentencia que ordena retirar la nacionalidad dominicana a todos los ciudadanos, nacidos después de 1929, que desciendan de personas nacidas en el extranjero. De esta forma, estos ciudadanos podrían llegar a ser expulsados y a quedarse sin nacionalidad, con base en el hecho de que sus padres o abuelos se consideran, ahora, como si hubieran estado simplemente “de paso” en la isla en la época en que empezaron a radicar allí. Esta decisión afecta potencialmente a más de 210,000 descendientes de haitianos en la República Dominicana. La suspensión de la entrada del país a Caricom fue votada por 15 países vecinos este martes 26 en un encuentro mantenido en Trinidad y Tobago.
Según la Comunidad del Caribe la sentencia de la Corte dominicana es “discriminatoria”, pues “excluye en forma retroactiva a miles de ciudadanos dominicanos, mayoritariamente de ascendencia haitiana”. El mandatario dominicano, Danilo Medina, dijo que no habría deportaciones a consecuencia del fallo. Sin embargo, su homólogo de Haití, Michel Martelly, denunció la deportación, ya consumada, de 300 personas de origen haitiano que básicamente son extranjeros en Haití, no cuentan con una familia y ni hablan el idioma. Las riñas diplomáticas y políticas entre los dos países que comparten la isla de La Española son endémicas, pero recientemente han llegado a extremarse por motivo de la sentencia.
El día 19 de noviembre sus delegaciones, con el apoyo del gobierno venezolano, sostuvieron reuniones en caracas, comprometiéndose a mantener abierto el diálogo. Sin embargo, la negociación se estancó después de unas declaraciones de Martelly, quien acusó a Medina de no tomar ningún tipo de acción contra las deportaciones y provocó la cancelación de la cita siguiente, prevista para el día 30, por parte de la delegación dominicana. La República Dominicana estima en 500mil las personas nacidas en Haití que radican en su territorio.
Kamla Persad- Bissessar, presidenta de Caricom y primera ministra de trinidad y Tobago, se declaró intencionada a involucrar en el asunto también a otros órganos supranacionales como la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para respaldar las sanciones de Caricom. De hecho, el ex Secretario de la AEC, Normal Girvan, afirmó que “la Caricom tiene la oportunidad de evitar una catástrofe humanitaria”. Asimismo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) irá a la República Dominicana en diciembre para tratar la misma problemática, ya que la sentencia menosprecia las recomendaciones emitida en el pasado por la misma CIDH acerca de las leyes migratorias dominicanas.
La decisión discriminatoria de la Corte dominicana representa una etapa más de una larga historia de tensiones fronterizas, económicas, culturales y raciales dentro de La Española, entre la francófona Haití y la “hispana” República Dominicana. Por lo tanto, no parece tan fácil que se legue a una conclusión satisfactoria del conflicto en tiempos breves, aun con la presión internacional. El 6 de noviembre cientos de personas realizaron actos públicos y marchas en la capital Santo Domingo para sostener el fallo de la Corte y lanzaron la idea de construir un muro en la frontera, según el ejemplo de la valla erigida por Estados Unidos a lo largo del Río Bravo.
Las “reivindicaciones” de la gente en las plazas de Santo Domingo son las mismas que se escuchan en otras latitudes en contra de los extranjeros y migrantes, en contra de los “otros”, quienes son acusados, desde siempre, de acapararse trabajos y oportunidades, de apropiarse de recursos públicos que, supuestamente, estarían quitando a los residentes nacionales. Así, Emilio Santana, integrante de la Guardia Nocturna de San Juan en la República Dominicana, llamó al presidente a intervenir para “evitar que, de manera silenciosa y masiva, los haitianos se apoderen del territorio” dominicano y también arremetió en contra de “esas ONGs que negocian con la pobreza de los haitianos y que son unos destruye patria”. El nacionalismo revive e identifica el peligro en el “enemigo” foráneo, con el diferente y el negro.
Finalmente, la Caricom exhortó a la comunidad internacional para que apoye la aprobación, en la República Dominicana, de “medidas urgentes para asegurar que la decisión de la Corte no se aplique”. Hasta que no se tomen medidas “creíbles inmediatas”, dentro de un plan general para solucionar la problemática de las nacionalidades en la República Dominicana, no habrá marcha atrás en la decisión de la Comunidad caribeña. Fabrizio Lorusso Twitter @fabriziolorusso