Reflexiones sobre la economía latinoamericana en 2014

Celac America Latina

[Fabrizio Lorusso – Variopinto al día] Entre la primera vez que viajé por tierras bolivianas, a finales de 2005, y mi segundo recorrido, a principios de 2013, pude percatarme de diferencias visibles en el país: un sistema de salud pública más barato y accesible, incluso a los extranjeros; una conservación del patrimonio cultural más atenta, pese al persistir de los problemas estructurales de la economía y de la pobreza que afecta al 45% de la población (con un 20.9% de indigencia); una mejora (ligera pero evidente) de las infraestructuras, por lo menos en los centros urbanos; un mayor dinamismo general, algo difícil de describir con precisión, pero palpable.

Quizás las cifras sobre crecimiento del país ayuden a describir la percepción de manera más exacta: en los últimos años, en efecto, Bolivia creció a un promedio del 5% anual y se prevé una subida al 5.5% en 2014, debido sobre todo al alto precio de gas y minerales, principales commodities de exportación de la nación andina. La nacionalización de los hidrocarburos hizo que la mayoría de la renta extractiva de Bolivia cayera en manos del gobierno y se quedara en el país. Algunas políticas sociales de la administración de Evo Morales acompañaron positivamente la coyuntura.

No obstante, el modelo de desarrollo por especialización productiva o vía exportación de recursos y materias primas no ha sido radicalmente modificado en la historia económica de muchos países latinoamericanos así que, pese a las mejoras sociales que los gobiernos de la región hayan podido aportar, no se logran alcanzar ni el universalismo del estado de bienestar, ni la diversificación económica y la industrialización necesarias para realizar el “despegue”.

Para pasar del simple crecimiento de los fundamentales macroeconómicos a un verdadero desarrollo, hacen falta políticas sociales, pues ya se ha demostrado cómo, en la mayoría de los casos, la mano invisible del mercado puro no ha sido eficaz y eficiente para lograr metas sociales y de equidad, sino que se ha vuelto fundamental el acompañamiento preponderante de una “mano visible”, ya sea estatal o de la sociedad organizada.

Asimismo, como lo resaltaron las jornadas cubanas de foros de la Celac (Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños), hace falta una integración regional solidaria que se acerque más al modelo de la Unión Europea que al de los TLC meramente comerciales y, a menudo, asimétricos. Otro caso a destacar es Paraguay que, según datos de la Cepal, creció 13% en 2013 y seguirá entre los más dinámicos de la región en 2014 con un +4.5% del PIB, junto con Perú (5,5%), Colombia (4,5%), Ecuador (4,5%) y Chile (4%).

El cuadro es algo más complicado para otros países latinoamericanos como Brasil, Argentina y México, las economías mayores del subcontinente, que crecerán, supuestamente, del 2.6%, las primeras dos, y del 3.5%, respectivamente, mientras que el promedio regional sería del 3.2%.Son bajas las expectativas para Venezuela (+1%) y El Salvador (2.5%).

Paraguay creció mucho porque se está recuperando de una grave crisis que lo penalizó antes del 2013, pues el embate fue económico pero también político-institucional tras la defenestración o “golpe soft” contra el ex presidente Fernando Lugo y la suspensión del país del acuerdo Mercosur. Además, la soja, la carne y los granos que exporta y que “explican” el 50% de su PIB han tenido un auge de precios.

Sin embargo, Paraguay tiene un índice de pobreza del 50% y de indigencia del 28%, debido, entre otras causas, a la alta informalidad y precariedad que caracteriza el trabajo. Y es que eso, junto a factores como la corrupción endémica, la falta de universalidad de las prestaciones sociales, la poca continuidad de las políticas públicas, la escasa capacidad de recaudación fiscal (por evasión e incapacidad estatal) y el uso poco eficiente de los recursos, explica también la pobreza en Bolivia, donde más del 60% de los trabajadores están en la informalidad, una cifra parecida o algo superior a la mexicana que debe llevar a una reflexión seria sobre los elementos mencionados anteriormente que son parte de los hitos históricos en tema de economía en Latinoamérica: informalidad laboral y outsourcing, estado de bienestar universal y no subordinado a clientelismo o precondiciones, sistema fiscal progresivo, transformación del crecimiento en desarrollo, redistribución de los ingresos e integración regional solidaria. Twitter @FabrizioLorusso

 

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